Decisiones

Una decisión es la “elección” de una alternativa con respecto a otras que consideramos la mejor opción para resolver o enfrentar las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos en nuestra vida, basándonos en nuestras experiencias y nivel de conciencia.

Momentos Ideales No hay momentos Ideales, hay momentos de decisiones. Claudia Cruz.
Momentos Ideales
No hay momentos Ideales, hay momentos de decisiones.
Claudia Cruz.
Todo el tiempo estamos tomando decisiones o eligiendo alternativas.

Las Decisiones transcendentales en nuestra vida, son principalmente por las que escribí este ensayo, donde a partir de estas avanzamos y prosperamos en nuestro camino o por las que al no tomarlas nos sentimos cada día más infelices.

Estas últimas son las que nos cuesta trabajo tomar porque implican enfrentar
nuestros miedos o cambiar nuestras creencias, que es lo que humanamente nos resulta más difícil.

Lo más significativo de este tipo de decisiones, es que son consideradas por nosotros como de riesgo o son un verdadero reto.

Estamos aterrados por tomar decisiones trascendentales en nuestra vida, porque pueden cambiar nuestro rumbo para siempre, “Tenemos miedo” ¿Pero quién no siente miedo frente a una situación así?

La mayoría de personas coincidimos en que todos pensamos y sentimos de manera distinta, entonces ¿Qué nos hace pensar que otra persona puede tener la solución o respuesta que necesitamos con respecto a nuestro bienestar más que nosotros?

¿No te parece que ya es tiempo de confiar en ti y asumir tus aciertos y errores?

Por supuesto hay motivos para ser como somos, pero esto no significa que estemos condenados a no cambiar las cosas a nuestro favor por el resto de nuestra vida.

¿Recuerdas cuando nuestros padres nos decían la famosa frase: “Haz lo que quieras” con la amenaza sin palabras de hacer lo que ellos querían sino nos iba mal? Sentíamos un peligro inminente si tomábamos una decisión o hacíamos lo que realmente queríamos y es muy probable que al no superarlo continuáramos así en nuestra etapa adulta, lo más impresionante es que después parece sorpresivo que no sepamos tomar decisiones o que no respetemos ni tomemos en serio las decisiones de los demás.

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A lo largo de mi vida he llegado a la conclusión de que las decisiones trascendentales de nuestra vida no deben de estar en tela de juicio para los demás, ni en plática con nadie.

Un ejemplo de esto que les comento es cuando queremos finalizar una relación
amorosa y le decimos al otro: “Quiero hablar contigo”, en vez de decir: “Quiero enterarte de una decisión que tome con respecto a nuestra relación”, porque finalmente el no plantear lo que deseamos correctamente y permitirle al otro su opinión muchas veces hace que al final curiosamente continuemos una relación no deseándolo y nos frustremos al sentirnos manipulados, chantajeados y culpables de fallarnos haciendo nuevamente lo que otro quiere y decide.

Les comparto la reflexión que escribí con respecto a los puntos que desde mi humilde opinión debemos tomar en cuenta para tomar una decisión trascendental:

Clara, directa y breve.

No cabe duda que hay de decisiones a decisiones, todos los días las tomamos algunas simples y cotidianas, otras en las que tenemos que utilizar el sentido común y la lógica y por último las que nos permiten dar un paso hacia adelante o quedarnos sufriendo las consecuencias de nuestra situación actual sabiendo que lo más probable es que sigamos sintiéndonos miserables por mucho tiempo o incluso por el resto de nuestra vida. Precisamente estas últimas son de las que quiero hablar, de esas en las que sólo nosotros “debemos intervenir” y que nos cuesta tanto trabajo asumir.

Todas las personas en algún momento de nuestra vida tenemos que tomar decisiones a pesar de los demás o incluso a pesar de nuestras creencias hasta ese momento y este trámite interno es un duelo muy grande entre lo que hemos sido y lo que podemos ser.

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Un ejemplo claro sería: cuando estamos estables en un trabajo y tenemos que dejarlo para emprender otro que puede resultar favorable o no ser así , pero que llena nuestras expectativas y cubre nuestros sueños , otro puede ser casarnos con alguien que para las personas que tenemos cerca no es la persona adecuada , también puede ser el abandonar nuestro país por necesidad de progresar sin ningún apoyo, aventurándonos tan sólo con la esperanza de cambiar nuestra situación económica ….etc, ¿Qué momentos tan difíciles verdad? Sabes en mi experiencia mientras más nos alejamos de nosotros y más escuchamos a los demás, más confusión sentimos, la realidad es que si nos detenemos por complacer a los demás esto es una tortura, sólo ponte a pensar, ¿Alguien detiene su camino y deja de hacer lo que quiere hacer en su vida, por lo que tú piensas? ¿Porque tú tienes que detenerte o pedir su opinión para decidir qué hacer? Además si estas consciente que todos piensan distinto, ¿No crees que es mejor que escuches lo que tienes que decirte? ¿Quién puede saber más que te hace feliz? ¿Tienes miedo? Sí, es inevitable, es normal, ¿Quién no tiene miedo?

Les voy a compartir una lección que he aprendido de la vida a base de tropiezos y a la conclusión que he llegado: Las decisiones trascendentales en nuestra vida se piensan despacio, una vez que las tomamos no se platican, porque simplemente no están expuestas para cuestionarse, sólo se informan si es necesario y únicamente a determinadas personas y por último esta decisión sólo hay que expresarla de forma “Clara, directa y breve”.

Claudia Cruz

Imagen cortesía de nicomenijes



Escrito por

La mujer que escribe desde el corazòn


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