El derecho de morir si ya cumpliste en esta vida

En Holanda, uno de aquellos países que ubicamos como entre los más industrializados y avanzados en muchos sentidos, se está discutiendo una propuesta ley que extiende el beneficio de la eutanasia más allá de los enfermos.

Mano de un joven con la de un anciano en un cielo azul

Es decir, una propuesta que plantea permitir la muerte a quienes están sufriendo y deseen dejar esta vida aunque no tengan una enfermedad en concreto, simplemente porque ya consideran conveniente acabar con su vida. Es una discusión bastante interesante porque para efectos prácticos es una opción al suicidio; tal cual un suicidio asistido.

De hecho la eutanasia -que es dar la opción de muerte asistida a un paciente desahuciado y con dolores insoportables que así lo pida-, aunque para muchos suene una alternativa violenta, puede ser un escenario más amable y menos cruel que una lenta y segura agonía para personas en etapa terminal.

Al menos así lo consideran cuatro países: Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Colombia, que son los que han legalizado formalmente la eutanasia. Suiza lo que ha legalizado es el suicidio asistido que es diferente, y el cual también se ha legalizado en algunos estados en Estados Unidos, como Oregon, Washington y Montana.

La eutanasia es practicada por el médico que mediante medicamentos ayuda al paciente para que tenga una muerte rápida, eficaz y sin dolor. Y el suicidio asistido lo hace el mismo paciente apoyado con medicamentos por el profesional de la salud.

Hay otros países que no han legalizado la eutanasia como tal, pero sí ofrecen opciones de ayuda para el bien morir de pacientes terminales como la voluntad anticipada. Entre éstos están Italia, Francia, Suiza, Gran Bretaña, Alemania y Austria, así como España y Portugal, Noruega, Dinamarca, Suecia, Hungría, República Checa y Eslovaquia. En América Latina, Colombia es el único país que ha legalizado la eutanasia, y en otros como México, Brasil y Uruguay hay leyes de muerte digna. El estado de California es el único en Estados Unidos donde también está legalizada la eutanasia.

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La ciudad de La Haya, la capital holandesa, fue el primer lugar del planeta donde se decidió empezar a practicar en ese país legalmente la eutanasia a partir de 2002. Ahora, a quince años de ello, la discusión es sobre la conveniencia o no de extender ese beneficio.

La idea es dar opciones para los holandeses que consideran haber cumplido en esta vida y que, ya no teniendo nada más que hacer aquí, lo único que piden es contar con ayuda para morir de manera digna.

El debate lo inició el mismo gobierno holandés que puso sobre la mesa la opción de elaborar esa nueva ley, y el anuncio fue festejado por la principal organización defensora del derecho de morir en ese país.

Pero hay otras agrupaciones que no lo aplauden; por el contrario lo critican porque lo consideran una agresión a los ancianos. Hay quienes expresan temor de que sea una ley que signifique presión para las personas de mayor edad para poner fin a sus vidas.

Quizá tiene sentido esta preocupación porque en aquellos países donde la población de edad avanzada ya es mayoría, como está 100% cubierta con seguro médico en el sector público, a veces termina significando una carga significativa para los sistemas de salud porque es el segmento que más se enferma, y ante las múltiples opciones que ofrece cada vez más la medicina, su atención eleva los costos de la atención médica pública.

Y es que la esperanza de vida en Holanda es una de las más altas del mundo: 82 años es la esperanza de vida promedio que tiene un holandés al nacer. Y hoy uno de los problemas que tiene ese país, y varios del viejo continente, es el creciente número de ancianos vulnerables y solitarios.

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Hay agrupaciones que ven con buenos ojos la iniciativa gubernamental para extender la opción de la eutanasia a un mayor segmento de la población porque significa darle a las personas el derecho de decidir cuándo poner fin a sus vidas si así es su deseo, en lugar de permanecer por muchos años sin deseo de vivir.

Es un tema que si está para empezar a pensarse porque, si bien ahora lo vemos como muy lejano de nosotros los latinos, dentro de unas décadas nos irá haciendo mucho sentido entrar en esas discusiones dado que el envejecimiento poblacional de nuestros países va a una velocidad de boomerang, mucho más rápido de lo que fue ese proceso en Europa. Allá tardaron cien años para que su población fuera mayormente de ancianos. Nosotros ello lo viviremos dentro de unos 30 años…

Imagen cortesía de lightsource



Escrito por

Directora General de Plenilunia, autora de la columna Salud y Negocios en el periódico El Economista, colaboradora sobre temas de salud en ADN Opinión en TV Azteca.

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