La importancia de dormir bien

Todos dormimos aproximadamente una tercera parte de nuestra vida. Junto con la vigilia, el sueño integra el ritmo biológico vigilia-sueño para desempeñar de la mejor manera nuestras actividades cotidianas.

Es muy importante hablar del sueño, puesto que el cómo dormimos va a depender de factores internos a nuestro organismo y eso originará un buen o un mal sueño. Podemos hablar de sustancias químicas que sirven para que las neuronas se comuniquen a través de los neurotransmisores, indica el director General de la Clínica de Trastornos del sueño, Ulises Jiménez Correa en el tercer taller de periodismo científico; facultad de Medicina de la UNAM.

La clínica de trastornos del sueño es pionera en brindar tratamientos y atención a enfermedades relacionadas con el mal dormir. Esta se encuentra ubicada dentro del Hospital General, en el área de medicina experimental y forma parte de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Existen factores externos a nuestro organismo que están íntegramente involucrados con sueño, como lo son el estrés, algunos alimentos, nuestro comportamiento y actividades antes de ir a dormir, el tiempo que hemos estado despiertos antes de acostarnos y de quedarnos dormidos, la estimulación sensorial que se pudiera presentar mientras dormimos, el ejercicio que hacemos durante el día y la temperatura de la recámara, explica el Dr. Jiménes, también médico especialista en enfermedades del sueño.

En concreto, habrá muchos factores que van a estar modulando la cantidad y calidad de nuestro sueño y a eso le agregaremos los factores psicológicos y sociales particulares de cada persona.

El médico especialista también señala que en el tallo cerebral hay estructuras que nos mantienen despiertos, pero están las que nos hacen entrar en sueño profundo, al que llamamos sueño de movimientos oculares rápidos.

“A lo largo del día nuestra necesidad de dormir va incrementando hasta que llega un punto en el que tenemos que empezar a satisfacer esa necesidad. La melatonina es la hormona que nos hace dormir. La secreción de ésta se presenta cuando empieza el periodo de oscuridad y es uno de los factores que nos permite entrar en sueño y mantenernos así. La disminución de melatonina facilita el despertar por la mañana”.

Pero… ¿por qué dormimos?

Dormir nos sirve para tener buenas capacidades mentales, como la memoria y la concentración. Una buena calidad de sueño nos ayuda a desarrollar las actividades académicas y laborales del día siguiente.

En el estudio del sueño se ocupan electrodos, sensores de temperatura y movimiento, sistema de medición para saber dónde van los electrodos. El estudio debe durar 8 horas en las que el paciente dormirá, se levantará al baño y hará lo que suele hacer en su periodo de sueño.

“Colocamos electrodos a un lado de los ojos para medir los Movimientos Oculares Rápidos (MOR), cada 90 minutos. Es un periodo de sueño muy especial porque en este se consolida la memoria. Una de las características del sueño es que hay un gran relajamiento muscular; deben colocarse electrodos en el mentón para medir eso”, explicó.

La importancia en recurrir a un estudio del sueño si presentamos algún problema radica en la posibilidad de tratar afecciones que con el tiempo podrían agravarse y ser un verdadero problema.

Por otro lado, si tomamos en cuenta lo sustancial que es dormir de seis a ocho horas diarias, mejoraremos nuestra calidad de vida además de prevenir trastornos y malestares innecesarios.