La importancia del juego en los niños

 

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Enseñanza_aprendizaje

Los niños necesitan jugar. Esta afirmación puede resultar un poco obvia pero el juego es esencial para el crecimiento y desarrollo de los niños. El juego forma las bases de las habilidades emocionales, cognitivas y sociales que necesitarán para la vida; se trata de un recurso con el que los niños aprenden y conocen el mundo que los rodea. Por medio del juego, el niño expresa sus fantasías, deseos y experiencias, desarrolla nuevas habilidades, explora la creatividad y establece relaciones sociales.

Al jugar, el niño expresa sus miedos, angustias y problemas internos, dominándolos mediante la acción; repite en el juego las situaciones que vive y que siente. Jugando, logra representar sus fantasías, incluso, puede cambiar un final que le fue difícil o aprender a manejar situaciones que le cuestan trabajo, así como también repetir por gusto situaciones que le son placenteras y divertidas.

Desde que son bebés, los niños pequeños juegan con su cuerpo y con los objetos, también juegan con sus ojos y con los sonidos; es decir, aprenden tocando, moviendo, saboreando, escuchando y oliendo. Es la madre, con sus cuidados y con su amor, quien le va enseñando al niño a jugar. El sonajero, la mantita que se lleva a la boca y demás objetos cercanos a él, le recuerdan a su madre, a la par que estimulan nuevas experiencias.

Juegan también a esconderse, aparecer y desaparecer; tiran objetos al suelo, lo cual puede resultar un poco molesto para el adulto, pero es necesario, ya que el niño experimenta así que puede perder y recuperar lo que ama.

Tan pronto como empiezan a gatear y a caminar, empiezan a explorar su ambiente; el agua y la tierra se convierten en su juego favorito, dado que ahora su desafío principal es el control de esfínteres.

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Alrededor de los tres años, con las muñecas y los animales comienza el aprendizaje de la maternidad y la paternidad. Asimismo, en esta etapa el niño ya tiene una imagen mental de su cuerpo, de su casa y de su familia; y descubre entonces que por medio del dibujo puede recrear esta imagen y retenerla; es por ello que es muy importante fomentar el dibujo y la creatividad.

Después de los cinco años el varón se entusiasma con juegos de conquista, de misterio, de acción. La niña, en cambio, prefiere un juego más tranquilo, como muñecas, comida, té, relaciones sociales. Es en este momento del desarrollo en el que los niños se van identificando con los padres de cada sexo, es decir, van formando su identidad de acuerdo con el rol que les corresponde, ya sea femenino o masculino.

En la etapa escolar, es fundamental el aprendizaje de la competencia sana y de compartir los roles con el grupo de pares, así como la adaptación a éste. Es muy importante que los niños aprendan a jugar juegos de mesa, de destreza y de rompecabezas, en especial compartiendo este juego con la familia, dado que el conocimiento de reglas, les va marcando los límites de lo que se debe y lo que no se debe hacer, además del valor de sentirse incluidos, aceptados y amados en casa.

Los padres saben que el juego es una actividad placentera para los niños, ya que ven cómo lo disfrutan; sin embargo, muchas veces se tienen dudas de qué tipo de juegos son los adecuados para cada etapa o en qué momentos deben o no incluirse en el juego de los hijos.

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El niño que juega investiga; su mundo es cambiante e incluye fantasía y realidad. El niño que juega bien, tranquilo, con imaginación, nos transmite salud mental. Los padres deben de observar el juego de sus hijos e ir aprendiendo y detectando en qué momentos el niño desea invitarlos a su juego y en qué otras deben de respetar su espacio. No obstante, cuando los padres juegan y usan su fantasía e imaginación, se convierten en fuente de inspiración y de creatividad para los niños, transmitiéndoles, por lo tanto, la importancia del vínculo y de estos espacios de relación tan íntimos y tan necesarios para el desarrollo emocional del pequeño.

Imagen cortesía de Depositphotos.com | Plenilunia



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