Evitemos que los jóvenes se suiciden

Previniendo la depresión podríamos evitar muchos suicidios.
[/media-credit] Es inconcebible que haya niños que atenten contra su vida, y muchos lo logren.
Me es difícil imaginar el nivel de desesperación, angustia o frustración al que puede llegar alguien al grado de que decide que su mejor alternativa es quitarse la vida. Y me resulta mucho más inaceptable o inconcebible si quien lo está decidiendo es un joven que podría tener mucho que aportar al mundo con toda una vida por delante.

Pero lo que me deja de verdad sin palabras es saber que cada vez hay más suicidios de niños…

¿Cómo podemos permitir que en nuestra sociedad haya niños que atenten contra su vida? Definitivamente urge tomar acciones para evitarlo y prevenir la mortalidad por suicidio. Es un grave problema de salud pública que está creciendo y refleja que algo está mal en nuestro mundo.

De acuerdo con la Red Mundial de Suicidiólogos (RMS) www.redmundialdesuicidiologos.org el número de suicidas en las sociedades contemporáneas ha crecido en un 60% en los últimos 45 años, y “ha descendido marcadamente la edad de un importante número de ellos. En otras palabras, son los jóvenes quienes más se suicidan o lo intentan”.

El suicidio es la decimotercera causa de fallecimiento en el mundo, y entre la población de 15 a 44 años es la cuarta causa de defunción y la sexta causa de incapacidad.

Inclusive, las altas cifras de suicidios han llevado a la Organización Mundial de la Salud www.oms.org a considerar al suicidio como un problema de salud pública muy significativo que provoca casi un millón de víctimas al año.

Lo más increíbles es que, como dice el doctor Sergio Barrero, fundador de la Red Mundial de Suicidiólogos), “el suicidio es una muerte anunciada y evitable.”

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Las estimaciones realizadas indican que para el año 2020 las víctimas de suicidio en el mundo podrían ascender a 1.5 millones de personas.

Es un problema mundial, y en México no es diferente. Conforme las cifras que hay disponibles en México, de 1995  al 2002 ocurrieron 21,032 defunciones por suicidio, y el número ha aumentado gradualmente año con año. En 1995 se registraron 2,428 suicidios en México y para 2002 fueron 3,871; para 2003 fueron 4,104 y en 2010 sumaron ya 5,012 las personas que se quitaron la vida por ellas mismas. La tasa en 7 años pasó de 2.6 a 3.06 por cada 100,000 habitantes.

Algo importante es que las mayores tasas de mortalidad por suicidio se registran en estados del sureste como Tabasco, Campeche y Quintana Roo –lo que habría que analizarse para ubicar las razones-, mientras que en estados del centro y norte refieren índices más bajos.

Otro dato que llama la atención es que por cada suicidio concretado, se ejecutan de 10 a 25 intentos y que del 10 al 15% de las personas quienes han intentado suicidarse terminan logrando su objetivo

Podemos prevenirlo

Es urgente implantar medidas de prevención para evitar que la población vulnerable ante el suicidio, sobre todo nuestros jóvenes, se quiten la vida. Estas muertes podrían prevenirse.

Algo vital, consideran los especialistas, es poner más atención en la salud mental de la población; detectar a tiempo cuadros depresivos, signo principal de este fenómeno. Si no hacemos algo hoy, “la salud mental de los mexicanos quedará afectada al grado que se convertirá en uno de los principales problemas de salud pública manifestado en depresión,” señala la RMS.

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, actualmente 150 millones de personas en el mundo viven con depresión y, de no actuar adecuadamente, en 20 años se convertirá en uno de los padecimientos mentales que generen la mayor carga de salud, pudiendo superar al cáncer y los trastornos cardiovasculares.

Investigadores coinciden en la necesidad de la prevención general: acciones de apoyo o sostén psicológico, institucional, que contribuyan a que los ciudadanos estén en mejores condiciones de manejar los eventos vitales psicotraumáticos y mitigar los daños que ellos pudieran ocasionar.

El suicidio es una causa de muerte evitable en la mayoría de los casos y con muy escasos recursos se pueden salvar muchas vidas si se toman sencillas medidas durante la crisis suicida, señalan los expertos de la Red.

Es tarea de toda la sociedad, de sus instituciones y organizaciones, colaborar entre sí para reducir esta causa de muerte, y los expertos de la Red de Suicidiólogos ya buscan cómo plantear al próximo gobierno la importancia de proporcionar información y diseñar estrategias en salud mental como un aspecto vital de la salud pública, pues padecimientos como la depresión tienen un claro impacto y efectos incapacitantes en la población.

Imágenes cortesía de Maribel Ramírez Coronel | Plenilunia y Deposit Photos



Escrito por

Directora General de Plenilunia, autora de la columna Salud y Negocios en el periódico El Economista, colaboradora sobre temas de salud en ADN Opinión en TV Azteca.

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