Datos y recomendaciones para conmemorar el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, “Trabajando juntos para la prevención del suicidio”

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio fue instaurado en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y de 2018 a 2020 tendrá el lema: “Trabajando juntos para la prevención del suicidio”, haciendo también responsable a la sociedad en su previsión.

Mujer sostiene figura de corazón con un electrocardiograma al fondo
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio 2019, Voz Pro Salud Mental nos invita a crear conciencia sobre la magnitud de este fenómeno, destacando la importancia de la detección temprana de sus signos de alerta para actuar oportunamente.
De acuerdo con la OMS, cada año se registran más de 800 mil suicidios (uno por cada 40 segundos). En 2015, la organización reportó que el suicidio fue la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años, y actualmente es una causa de mortalidad superior (57%) a la causada por guerras y homicidios.

En 2016, señaló que los países con ingresos medios y bajos registraron el 79% de estos incidentes. Entre los motivos más recurrentes se encontraban:

  • falta de oportunidades
  • adicciones (también responsables de los decesos en países desarrollados)
  • y la exposición a la violencia.

En México, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mostraron que de 2012 a 2016, el número de suicidios aumentó en un 15% (de 5,550 a 6,370 casos, dados mayormente en la población masculina de 15 a 34 años). Chihuahua y Yucatán fueron los estados con mayor densidad, con 11.4 y 10.2 decesos por cada 100 mil habitantes, respectivamente.

Otro estudio realizado en México, en 2017, mostró que estas defunciones en adolescentes y adultos jóvenes iban en aumento, debido, en su mayoría, a trastornos de ansiedad, conducta o personalidad, o a abuso de sustancias.

Generalidades

Es común que los suicidios (entre el 70% y 95%) se den en personas con trastornos psiquiátricos, siendo la depresión el más común. Ésta a su vez puede llevar al consumo de sustancias psicoactivas que “ayudan a paliar sus síntomas”, razón por la que existe cierta relación entre trastornos psiquiátricos y abuso de sustancias. Sin embargo, su consumo, sobre todo el de alcohol, aumenta el riesgo de llevar a cabo el suicidio, dados sus efectos en el cerebro.

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En la última década, las, los adolescentes y adultos jóvenes han estado fuertemente expuestos a nuevas drogas y tipos de consumo, por lo que es importante vigilar los cambios en su conducta.

Ahora bien, mientras los intentos de suicido son más frecuentes en mujeres, el número de suicidios consumados es mayor en hombres. La explicación más aceptada por especialistas es que los hombres usan métodos más letales, mientras que las mujeres usan métodos más falibles.

Población juvenil

El adulto joven se encuentra en una época crucial en su vida: está saliendo de la adolescencia y entrando al mundo adulto. Lo que implica nuevas responsabilidades, novedad que puede resultar estresante.

Muchos jóvenes estudian la universidad, lo cual puede ser un factor protector contra el riesgo suicida, pues les ofrece un espacio para socializar con pares. No obstante, también puede ser un factor que agrave el riesgo de suicidio si se presenta acoso o estrés académico.

Otros factores de riesgo pueden ser:

  • vivir violencia familiar o doméstica
  • tener conflictos con la pareja
  • por sus preferencias sexuales
  • haber sufrido experiencias traumáticas (incluyendo abuso sexual)
  • tener dificultades económicas
  • o presentar conductas de autoagresión (golpearse, cutting, jalarse el pelo, etc.).

Finalmente, el tener acceso a armas o métodos letales, si bien no aumenta la ideación suicida, sí facilita su consumación.

Hablar de suicidio no es solamente hablar del acto de quitarse la vida, sino también del trasfondo que lleva a una persona a atentar contra sí misma. La persona que se suicida no busca acabar con su vida, sino con el sufrimiento o problema al que ya no encuentra salida.

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La inteligencia emocional, tener una alta autoestima y un buen auto concepto, tener un sentido y dirección de vida, una visión optimista hacia el futuro y contar con apoyo social y familiar, son factores protectores.

En congruencia con el lema trianual de esta conmemoración, Voz Pro Salud Mental CDMX nos comparte los siguientes consejos para ayudar a salvar una vida:

  1. Canaliza a la persona con un profesional. Tal vez conozcas a alguien con ideación suicida y no tengas la capacitación para tratarlo, pero puedes ayudarlo a encontrar ayuda profesional.
  2. Informa a las personas cercanas. Si la familia y los amigos se enteran de la situación podrán brindar su apoyo, no des por hecho que están enterados. Mientras más personas cercanas sepan, es menos probable que se consume el suicidio.
  3. Habla del tema. Contrariamente a la creencia popular, incitar a una persona a hablar de sus intenciones suicidas no aumentará el riesgo de que lo lleve a cabo, sino que lo disminuye.
  4. No hagas juicios ni menosprecies sus intenciones. Éstas no deben ser tomadas como una broma, ni ignoradas. Tampoco realices juicios de valor sobre las motivaciones que pueden llevar a la persona a quitarse la vida.
  5. Si no sabes que decir, limítate a escuchar. Acompaña a la persona y hazle saber que estás ahí para escucharla.
Imagen cortesía de pkproject


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Escrito por

Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

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