Un grave error

Que diferente es mirar a los toros desde el ruedo a torear y arriesgarnos a una estocada .La verdad es que antes de cometer errores graves, en general somos de los que decimos: “Yo nunca”, “Yo sería incapaz“, “Como es posible, que haya gente así”…etc. Ojala antes de hablar fuéramos cautelosos y no sintiéramos que los demás tienen debilidades que en nosotros no son posibles, porque algo he comprobado a lo largo de mi vida, las personas que más juzgan a los demás, son las que más caen en grandes errores, eso no quiere decir que los demás no los tengamos, solo que tal vez tengan más compasión al juzgarnos, porque nuestra soberbia no hablo de más.

Cuando caemos en errores graves tenemos que salir de la prisión del remordimiento
Cuando caemos en errores graves tenemos que salir de la prisión del remordimiento
¿Qué difícil es defendernos ante lo indefendible?, sobre todo cuando ni siquiera nosotros podemos justificarnos, y nos avergonzamos de nuestras acciones, la cuestión es que ya lo hecho, hecho esta, y no podemos regresar el tiempo. ¿Pero acaso podemos escondernos por siempre para no enfrentar al mundo? Pareciera que encerrándonos todo se va a borrar y a todos se les va a olvidar lo que hicimos, pero ¿sabes? eso no va a pasar ¿qué terrible verdad? La pregunta es ¿Qué actitud vas a tomar? ¿Qué vas a hacer con esta realidad? Principalmente ¿Qué vas a hacer contigo, vas a estar contigo toda tu vida?

“La cárcel, donde somos celadores y prisioneros es la que construimos con nuestra mente, y de la que solo nosotros podemos liberarnos. ¿Sabes? La única manera de superar los errores, es no ser prisionero de ellos”.

Cuando caemos en errores graves tenemos que salir de la prisión del remordimiento, porque este no funciona, no sirve de nada y en realidad no estamos tomando decisiones inteligentes, solo aumentamos nuestra angustia provocándonos aislamiento, porque no encontramos soluciones a lo que nos está ocurriendo.

Te recomendamos:  Para "impulsar" una mejor salud en la oficina, usa más luz natural

La mayor violencia que podemos ejercer es contra nosotros, porque somos el atacante y la víctima.

La única solución posible para terminar con esta violencia es: “perdonar los errores que hayamos cometido, dejando el pasado atrás, para empezar de nuevo en una verdadera alianza de lealtad con nosotros y así buscar nuestro bienestar“.

En la mayoría de los casos hay más de una alternativa para subsanar una situación a la cual nos enfrentamos, aquí solo hay una alternativa: salir al mundo nuevamente y enfrentar las consecuencias de nuestros actos con valor y humildad, pedirnos perdón desde lo más profundo de nuestro corazón por el daño que nos hicimos y por supuesto hacer lo mismo con las personas a las que ofendimos.

Recuerda no funciona enojarte contigo, ni castigarte, estas emociones solo te detienen, te paralizan, en otras palabras: despójate de todo lo que no te sirve, sacúdete del sufrimiento que te causa tu error, aprende y crece, a final crecer duele, pero siempre vale la pena ¿No crees?

No seamos a partir de un gran error miserables, ni busquemos la lastima de quien ofendimos, porque hay un detalle que es importante que tomemos en cuenta , no todas las personas tienen la capacidad para perdonar y cabe la posibilidad de que no seamos perdonados , sin embargo tenemos vida y no podemos renunciar a ella . Ten valor es muy desgastante levantar constantemente a quién insiste en mantenerse en el piso.

Recuerda cada persona tiene que pelear sus propias batallas y nadie puede hacerlo en su lugar, todos vivimos de acuerdo a nuestra conciencia del mundo y solamente cuando cambiamos nuestros conceptos en nuestro interior cambiamos nuestra vida.

Te recomendamos:  Informe destaca urgente necesidad de fortalecer servicios de salud mental, deben ser prioridad en planes de respuesta y recuperación

Como siempre lo digo: la vida es maravillosa y hay que volver a sonreír, un error es solo un evento y por muy grave que sea, este no va a determinar quiénes somos, ni cómo vamos a vivir de ese momento en adelante, eso lo determinas tú.

Imagen cortesía de Jeanette.Dietl



Escrito por

La mujer que escribe desde el corazòn


Temas relacionados