Cistitis, enfermedad de la luna de miel

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Comienzo de la vida sexual

¿Enfermedad de la luna de miel? Así se le ha tendido a llamar a la cistitis justamente porque suele dar con más frecuencia cuando las mujeres inician su vida sexual (muchas de ellas en su luna de miel pero muchas otras no), o cuando llegan a la menopausia. Aunque a veces se asocia con las relaciones sexuales, no es precisamente una infección de transmisión sexual. Esta es una prueba clara de que no todas las infecciones que afectan a la zona genital son transmitidas a través de este tipo de actividad.

Si bien la gran mayoría de las infecciones de transmisión sexual se contraen justamente teniendo contacto sexual con una persona infectada, también hay otro tipo de infecciones, que como en este caso afectan al sistema urinario, y pueden ser producto de otros factores.

El sistema urinario de hombres y mujeres está compuesto por los riñones, que filtran la sangre de los desechos y exceso de fluidos formando la orina. Los ureteros, que transportan este líquido hacia la vejiga dónde se acumula hasta que uno siente la necesidad de orinar y entonces el líquido se expulsa a través de la uretra. Pero como sucede con la mayoría de las estructuras de la zona genital, hombres y mujeres tenemos similitudes pero también muchas diferencias, muchas de las cuales nos hacen más susceptibles de contraer infecciones en el área.

En el caso de los hombres, la uretra es el conducto por el que sale tanto la orina como el semen y la abertura se encuentra en la punta del glande. En las mujeres, el orificio de la uretra se encuentra un poco adelante de la entrada de la vagina, bajo los pliegues de los labios de la vulva (ojo, no en la punta del clítoris, sino un poquito más abajo). Cuando entran bacterias a través de este orificio y llegan a la vejiga, provocan una infección. Y es justamente porque las mujeres tenemos la uretra más corta que la de los hombres, que nos afecta más a nosotras. En el caso masculino es más difícil que los microorganismos viajen hasta allá.

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La infección de la vejiga se llama cistitis y la gran mayoría de las veces es provocada por una bacteria llamada Escherichia coli. Esta bacteria vive normalmente dentro del intestino y ayuda a procesar los desechos. El problema es cuando se alberga en el ano, ya que pasa con mayor facilidad hacia la entrada de la vagina y el orificio de la uretra provocando la infección. ¿Has escuchado que cuando las mujeres van al baño deben limpiarse de adelante hacia atrás y no de atrás hacia delante? Esta es una de las razones, ya que se podrían arrastrar microbios del intestino a la vagina y la uretra provocando una infección.

Si te da cistitis, seguro te darás cuenta. Cuando la tienes, sientes muchas ganas de hacer pipí, pero cuando vas, casi no haces y te duele o arde. Además, la orina suele ser turbia y de olor fuerte y algunas veces llega a tener rastros de sangre. Duele el abdomen y también es posible que se presente fiebre.

Aunque la cistitis es más frecuente cuando inicias la vida sexual y en el periodo del climaterio, se puede presentar en cualquier etapa de la vida. Y si bien, no se trasmite al tener relaciones sexuales, es decir, no es que tu pareja te la contagie, la actividad sexual constante y vigorosa puede llegar a irritar la uretra causando molestias. Por otro lado, hay cierto tipo de posiciones, como la penetración vaginal desde atrás, que pueden facilitar la entrada de las bacterias a la uretra. Y por supuesto, si se practica la penetración anal y la vaginal, es necesario usar un condón diferente para cada una de ellas.

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La cistitis se trata fácilmente con antibióticos, sólo que es necesario hacerlo oportunamente ya que no desaparece por sí sola y puede llegar a afectar los riñones agravando el problema.

Dale la espalda a las infecciones

Cinco tip´s practiquísimos

1 Cuando tengas ganas de hacer pipí, no te aguantes. Ve al baño inmediatamente.

2 Límpiate de adelante hacia atrás, nunca de atrás hacia delante.

3 Si tienes tendencia a padecer este tipo de infecciones, algunos médicos recomiendan orinar aunque sea un poquito, después de las relaciones sexuales.

4 Si notas que un repentino aumento en tu actividad sexual te está provocando irritación, intenta suspenderla por unos días hasta que ésta haya cedido.

5 Toma mucha agua.

Imagen cortesía de Jessica Pacheco Ramírez | Plenilunia



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