El empoderamiento de la mujer: ¿lucha por la igualdad o la equidad? Segunda Parte

La última vez que hablé sobre empoderamiento de la mujer, resalté la importancia de que las mujeres tuvieran un proyecto de vida que les permitiera sentirse felices y valoradas, también, mencioné que no siempre era fácil hacerlo, debido a las dificultades para compaginar distintas facetas de la vida, ahora profundizaré más sobre este punto.




Hasta hace algunos años la mujer y el hombre tenían definido el papel que debían jugar en la sociedad y por lo tanto, a pesar de que no siempre era lo más conveniente, era más fácil marcar el rumbo de sus proyectos de vida. La mujer estaba puesta en la maternidad, en su casa, como esposa y cuidadora de la familia, por su parte, el hombre era el proveedor, quien salía al mundo a trabajar y a desenvolverse en el ámbito social. Sin embargo, esto ha cambiado, ahora los roles no están tan definidos, esto ha traído más libertad para elegir, pero también más dificultades para identificar qué papel se juega en la vida, o sea, para definir aquello que se quiere.

Toda elección implica una renuncia, sin embargo para la mujer las renuncias pueden ser más difíciles, ya que a veces la confrontan con tener que elegir por ejemplo entre la maternidad y el desarrollo profesional; entre pasar más tiempo con sus hijos o trabajar más horas fuera de casa; entre tener una pareja o vivir sola. Estas decisiones pueden parecer poco trascendentes, ya que parecen asuntos de la vida cotidiana no solo de las mujeres sino también de los hombres. Sin embargo, para la mujer no es tan fácil, ya que a veces el lugar al que quiere llegar no es precisamente el más valorado por la sociedad ni por ella misma. Muchas mujeres preferirían no casarse ni tener hijos pero al hacerlo se enfrentan a una serie de dificultades que incluyen el ser excluidas y juzgadas. Otras, sueñan con formar una familia y dedicarse a sus hijos, lo cual también es juzgado, principalmente por otras mujeres que no coinciden con este proyecto. Sea como sea, la mujer queda mal consigo misma o con los demás, es complicado llegar al empoderamiento ya que por más que muchas mujeres quieran no sentirse culpables de sus deseos, no siempre lo logran debido a los ideales que están puestos sobre ellas.

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Para muchas, los temas de formar una pareja y de ser madres, son temas que en lugar de hacerlas sentir felices y tranquilas, les generan culpas y miedos que las hacen renunciar a muchos de sus proyectos. Para otras, el ser profesionistas y tener éxito las enfrenta a un mundo en el que tener éxito y poder es cosa de hombres. Entonces, la única forma de zafarse de esto es que la mujer pueda estar segura de lo que quiere y de lo que hace, ya que así se sostendrá en sus decisiones a pesar de las opiniones y juicios de los demás. Esta es la clave del empoderamiento, saber que siempre habrá que renunciar a algo, saber que siempre habrá alguien que juzgue y saber que al sentirse seguras con lo que han elegido podrán entonces avanzar y continuar sin sentirse culpables.

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Estudié la Licenciatura en Psicología en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y la Maestría en Psicoterapia General en la Asociación Psicoanalítica Mexicana. Desde 2006 me he desempeñado como docente a nivel medio superior y superior, y ejerzo la psicoterapia psicoanalítica en consulta particular. He participado en Congresos y Coloquios de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, de la Universidad del Valle de México, así como de la Universidad Nacional Autónoma de México. Mi labor ha estado enfocada al entendimiento de los padecimientos psíquicos. Actualmente radico en Ciudad de México, continúo mis labores docentes y clínicas, e imparto talleres y grupos de estudio. Trabajo en consulta privada con niños (a partir de diez años), adolescentes, parejas y adultos.


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