El tiempo pasa y hospitales siguen sin insumos para COVID-19

Frente a la abrumadora e inocultable carencia de insumos elementales en hospitales públicos para atender el coronavirus -y que los mismos médicos reclaman y se manifiestan exigiéndolos-, la industria fabricante y proveedora de dichos insumos en México está en un nivel de desesperación ofreciéndole apoyo a las autoridades, sin encontrar respuesta.

Dos médicos consultando literatura en un hospital
Los médicos del Sector Salud están preocupados por no tener los insumos más básicos para atender adecuadamente a pacientes con coronavirus

La Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) le ha advertido por todos lados a las distintas instancias del sector salud que si no se actúa cuanto antes, se ve venir una crisis terrible de desabasto de medicamentos, y ya no sólo durante esta crisis por la pandemia, sino hacia adelante y a lo largo de todo el 2020.

Es claro que hay una descoordinación absoluta en el Gobierno Federal y no se han puesto de acuerdo en el Sector Salud para las compras, mientras la epidemia está llegando cada vez con más fuerza como se aprecia en los hospitales. Esto no se ve en los números oficiales porque, por otro lado -y por la misma carencia de insumos-, no se están aplicando suficientes pruebas como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), y por tanto es muy probable que los casos confirmados no sean todos los pacientes infectados con COVID-19.

Donde sí se está notando un crecimiento es en el número de muertes por neumonía atípica que los médicos están reportando; ello se está quedando asentado en las actas de defunción y ya lo veremos en los registros de mortalidad de esta etapa a posteriori.

¿De dónde viene esa inmovilidad en la adquisición de insumos para enfrentar la epidemia?. No se entiende bien a bien.

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Hacemos nuestras propias conclusiones

Por un lado la Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda soltó el mando de las compras desde que se fue Raquel Buenrostro al SAT; al menos para la pandemia de COVID-19 la oficial mayor Thalía Lagunas no es la que está haciendo las compras del material necesario; tampoco las está haciendo el Insabi que lleva Juan Ferrer como se había dicho hace unos días; tampoco la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE) que lleva Gustavo Reyes Terán está ejecutando las adquisiciones que urgen.

¿Quién entonces es la instancia encargada de hacer las adquisiciones de todo lo faltante, de cubrebocas N95, de respiradores y demás equipo indispensable para hacer frente a esta emergencia sanitaria sin precedente?

Justamente el problema es que no hay un responsable designado, al menos no visible, y viendo el número de contagios en nuestro vecino Estados Unidos, el virus nos amenaza cada vez con mayor fuerza.

Las asociaciones de productores de fármacos nos reportan que reciben llamados y peticiones de cotización de distintas instituciones oficiales, cada una por su lado; desde el IMSS, el INSABI, las instancias de salud de los estados de la República.

Los cónsules no saben comprar medicamentos

Mientras tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en la conferencia mañanera de este viernes que le encargaría a la red de cónsules mexicanos comprar medicamentos y demás insumos a lo largo del mundo.

Lo malo es que los cónsules no tienen la menor idea de cómo funciona el mercado farmacéutico en el mundo. Y se toparán con que las farmacéuticas les querrán vender encantadas pero pedirán mínimo 3 ó 4 meses para surtir. Porque así funciona este sector: opera y produce en función de los contratos firmados; no es una industria que tenga inventarios por si se ofrece…  Los medicamentos son perecederos con caducidad limitada y no son factibles de guardarse en almacenes por mucho tiempo.

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Lo que a nuestros gobernantes les ha costado ver y valorar es que en México existe una industria productora no sólo de medicamentos bastante grande, sino también de dispositivos médicos, ampliamente exportadora, y que pueden ayudar no sólo para producir sino incluso para importar lo que no haya en México. Ellos más que los cónsules,  y más que nadie, conocen la industria mundial de estos insumos y podrían obtener más eficaz y ágilmente los productos que necesitamos con urgencia.

Imagen cortesía de DepositPhotos


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Escrito por

Directora General de Plenilunia, autora de la columna Salud y Negocios en el periódico El Economista, colaboradora sobre temas de salud en ADN Opinión en TV Azteca.

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