Más de 750 mil mexicanos padecen demencia

Es importante estar al tanto de los cambios cognitivos que pueden prestarse en personas mayores a 60 años de edad, pues la edad es el principal factor de riesgo para el desarrollo de la demencia.

La pirámide poblacional a nivel mundial y nacional se está invirtiendo, debido al incremento de la expectativa de vida y a la disminución de las tasas de natalidad. En la actualidad en México hay más de 10 millones de adultos mayores, entre los cuales más de 750 mil personas son víctimas de algún tipo de demencia, siendo la más frecuente la Enfermedad de Alzheimer (EA).

Uno de los problemas a los que nos enfrentaremos en poco tiempo, comentó el Dr. Guillermo Albert Meza, neurólogo y miembro de la Academia Mexicana de Neurología es que “sin duda, para 2050 habrá más ancianos que jóvenes, en una relación de 129 por cada 100. Y se estima que el 30 por ciento de las personas mayores de 80 años, sufran un tipo de demencia. Por lo que habrá más personas enfermas y menos personas que puedan cuidar a esos pacientes”.

“Las demencias son la primera causa de discapacidad en el adulto mayor, por lo que la Organización Mundial de la Salud las ha ubicado como un problema de Salud Pública que demanda atención prioritaria”, comentó la Dra. Ana Luisa Sosa, Jefa del Laboratorio de Demencias del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, en el marco de la conferencia de prensa “Más tiempo conmigo mismo”, del Día Mundial del Alzheimer que se conmemora el próximo 21 de septiembre.

“En México afortunadamente ya contamos con varias fuentes que nos permiten estimar el número aproximado de pacientes con demencia, partiendo del número de adultos mayores en nuestro país (10 millones) y el porcentaje de la población afectada por esta enfermedad (entre el 7.5 y el 7.9% de este grupo étareo)”, declaró la Dra. Sosa.

“La Enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo, en la cual ocurre muerte neuronal prematura y acelerada en regiones específicas del cerebro acompañadas de una serie de cambios moleculares que pueden ser causa o efecto de la misma.

Existen factores de riesgo modificables que favorecen el desarrollo de esta enfermedad, como: enfermedades cerebrovasculares, hipertensión arterial, diabetes, obesidad, dislipidemias, traumatismos craneoencefálicos, abuso de sustancias como alcohol y tabaco, la depresión y el estrés entre otras”, comentó la especialista.

Dr. Guillermo Albert Meza,  explicó que tres padecimientos como diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares e hipertensivas incrementan de manera importante la incidencia tanto en demencias de tipo mixto y vascular.

En cuanto a las áreas cerebrales más afectadas en la Enfermedad de Alzheimer, están los lóbulos temporales y el hipocampo, estructuras estrechamente relacionadas con la memoria; así mismo entre otras alteraciones, se ha encontrado la disminución de un neurotransmisor llamadoacetilcolina, siendo una de sus funciones el estimular a las neuronas relacionadas con la memoria; se ha hipotetizado que al no estar estimuladas éstas, mueren de manera prematura.

Las demencias son enfermedades devastadoras, ya que hasta ahora no tienen cura, y su evolución es progresiva, lo que ocasiona que la persona pierda también en forma progresiva sus capacidades hasta depender por completo de un cuidador.

“Hasta hace unos años no contábamos con herramientas terapéuticas, sin embargo, a partir de la década de los 80s surgió un grupo de medicamentos llamados inhibidores de la acetilcolinesterasa, que como su nombre lo dice, al disminuir la destrucción de este neurotransmisor, favorecen su disponibilidad para que estimule a las neuronas colinérgicas a seguir desempeñando su función.

Posteriormente surgió otro fármaco que es la memantina, el cual mediante un mecanismo diferente interviene inhibiendo la actividad de un sistema excitatorio que favorece la muerte neuronal. Este fármaco actúa como neuroprotector, prolongando la vida de la neurona. Ambos grupos de fármacos tienen un efecto modesto que nos permite disminuir la velocidad del desarrollo de la enfermedad y de esta manera mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados y sus cuidadores”, comentó la Dra. Sosa.

Tener olvidos ocasionales no es signo de demencia o de Enfermedad de Alzheimer, sólo cuando éstos son progresivos e impactan la funcionalidad.

La demencia es un síndrome adquirido, caracterizado por una declinación progresiva del funcionamiento cerebral, que se manifiesta por deterioro intelectual, alteraciones de la conducta y del humor, así como cambios en la personalidad.

Para poder establecer el diagnóstico de demencia, dichas alteraciones como ha sido señalado, deben interferir con la funcionalidad de quien las sufre.

“La persona puede comenzar por notar que ya no puede hacer las mismas cosas, como hacer cuentas, conciliar los gastos o incluso a desorientarse en lugares que antes le resultaban familiares, así como dificultades en el lenguaje. Esto sucede al inicio, más adelante requieren de ayuda para realizar tareas menos complejas, y después en las actividades básicas de la vida diaria hasta el grado en que en una etapa avanzada de la enfermedad, su dependencia es absoluta”, agregó la conferencista.

Por ello al hablar de la Enfermedad de Alzheimer, necesariamente se hace referencia a la familia, pues estos enfermos requieren necesariamente del apoyo familiar, de manera progresiva, lo que hace de ésta una enfermedad que ocasiona un gran impacto psicosocial y económico. En México se cuenta con fundaciones (Fundación Mexicana de Alzheimer), asociaciones (AMAES) y algunos centros de día (Alzheimer México), donde el familiar puede encontrar información y apoyo para entender y poder enfrentar esta enfermedad.