noviembre 24, 2024

Genética ¿juega un papel importante en lo afectuosas que son las mujeres?

joven sentada en la cama y abrazando una almohada
Plenilunia Salud Mujer
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Investigadores de la Universidad de Arizona analizaron las diferencias en el nivel de afecto que las personas expresan en un esfuerzo por determinar si el nivel de comportamiento afectivo está influenciado por la genética en comparación con el entorno de una persona. Descubrieron que, en las mujeres, la variabilidad en el comportamiento cariñoso puede explicarse en un 45% por factores hereditarios y un 55% por influencias ambientales, como los medios de comunicación, las relaciones personales y otras experiencias únicas en la vida.

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[/media-credit] Extrañas los abrazos, eso podría ser hereditario

La genética no parece influir en lo cariñosos que son los hombres. La variación de los hombres en el comportamiento afectivo parece estar influenciada únicamente por factores ambientales, un hallazgo que sorprendió a los investigadores.

El estudio, «Heritability of affectionate communication: A twins study«[1] (Herencia de la comunicación afectiva: un estudio de gemelos) publicado en Communication Monographs, fue dirigido por Kory Floyd, profesor del Departamento de Comunicación de la Universidad de Arizona en la Facultad de Ciencias Sociales y del Comportamiento.

«La pregunta que impulsó el estudio fue: Reconociendo que algunas personas son más cariñosas que otras, ¿qué explica esa variación y si alguna parte de esa variación es genética?» dijo Floyd, cuya investigación se centra en la comunicación del afecto en las relaciones cercanas y sus efectos sobre el estrés y el funcionamiento fisiológico.

«En mi campo, existe una suposición subyacente muy fuerte de que cada vez que vemos diferencias en un nivel de rasgo en los comportamientos sociales de las personas, como cuán comunicativos son, cuán tímidos o cariñosos son, esas diferencias se aprenden; son en función del medio ambiente«, menciona Floyd. «Un estudio como este nos deja un espacio para conversar sobre la posibilidad de que una serie de rasgos sociales y de comportamiento que asumimos automáticamente que se aprenden también pueden tener un componente genético«.

Floyd y sus colaboradores estudiaron 464 pares de gemelos adultos, aproximadamente mitad idénticos y mitad fraternos, con edades en un rango de 19 y 84 años.

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Los estudios de gemelos a menudo se usan para observar cómo los factores ambientales y genéticos influyen en rasgos específicos. Debido a que los gemelos generalmente se crían en el mismo hogar, generalmente han tenido una educación muy similar y experiencias. Sin embargo, las similitudes genéticas de los gemelos varían según el tipo de gemelos. Mientras que los gemelos idénticos comparten el 100% de su material genético, los gemelos fraternos comparten solo el 50%, lo mismo que los hermanos normales.

Cada participante en el estudio calificó una serie de declaraciones diseñadas para medir cuánto afecto suelen expresar. Luego, los investigadores observaron cuán similares fueron las respuestas de cada par gemelo.

Si la genética no desempeñara ningún papel, uno podría suponer que los puntajes de las personas en pares de gemelos fraternos serían tan similares como los puntajes de las personas en pares gemelos idénticos, que son más parecidos genéticamente. Sin embargo, este no fue el caso. Los pares de gemelos idénticos obtuvieron una puntuación más similar que los pares de gemelos fraternos, al menos en el caso de las mujeres, lo que sugiere que, de hecho, existe un componente genético en la conducta afectiva.

Los investigadores no saben por qué el comportamiento cariñoso parece ser heredado en las mujeres, pero no en los hombres. Sin embargo, Floyd señala que los hombres, en promedio, tienden a expresar menos afecto en general que las mujeres, como lo demuestra una investigación anterior.

«Cuando medimos la tendencia de las personas a ser cariñosas y recibir el afecto de otras personas, casi sin excepción, encontramos que las mujeres obtienen puntajes más altos que los hombres«, dijo Floyd. «El rasgo de ser cariñoso puede ser más adaptativo para las mujeres en un sentido evolutivo. Se especula que el comportamiento cariñoso es más favorable para la salud de las mujeres que para los hombres, y que las ayuda a a manejar los efectos del estrés más que a ellos. Esa puede ser en parte la razón por la cual las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de heredar la tendencia a comportarse de esa manera en lugar de que esa tendencia sea simplemente un producto de su entorno«.

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Los investigadores también encontraron que factores como el entorno compartido de los gemelos, ademas de la forma en que fueron criados o su origen socioeconómico, tenía poca relación con lo cariñosos que eran. Más bien, son los factores ambientales únicos, como los amigos y las experiencias de un individuo además de su gemelo, eran lo que más importaba.

«No es exactamente lo que esperaríamos, pero para muchos comportamientos y características de la personalidad, incluido lo cariñoso que eres, lo que los gemelos hacen y experimentan de manera diferente en sus vidas juega un papel mucho más importante que cualquier cosa que experimenten juntos«, dijo Floyd.

Es importante tener en cuenta, dijo Floyd, que en los hallazgos del estudio son a un nivel de población y no al nivel individual. En otras palabras, no sugieren que el nivel de comportamiento cariñoso de cada mujer se pueda atribuir en un 45% a la herencia y en un 55% a las influencias del medio ambiente. Tampoco significan que una persona no puede ser más o menos cariñosa de lo que sugieren sus genes.

«Nuestros genes simplemente nos predisponen a ciertos tipos de comportamientos; eso no significa automáticamente que vamos a participar en esos comportamientos«, dijo Floyd. «Y ciertamente no significa que no tengamos control sobre ellos«.

Lidiando con el ‘hambre cutánea’ de COVID-19

Aquellos que están más predispuestos a ser cariñosos podrían estar extrañando especialmente los abrazos y los apretones de manos en la era del distanciamiento físico de COVID-19, comenta Floyd.

Pero no son solo los «que gustan abrazar» quienes anhelan el afecto regular. Todos estamos conectados para necesitar un toque humano.

«Creo que hay algo especial en el tacto que se relaciona con el hecho de que nosotros, como seres humanos, nacemos en un estado de inmadurez tal que no tenemos la capacidad de atender nuestras propias necesidades«, dijo Floyd. «El tacto es igual a la supervivencia de los bebés. Si no tenemos a alguien tocándonos y ayudando a satisfacer nuestras necesidades, entonces no sobrevivimos«.

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Las personas que viven solas o que limitan las interacciones sociales durante la pandemia pueden experimentar lo que se conoce como «hambre de piel«, dijo Floyd.

«Al igual que el hambre regular nos recuerda que no estamos comiendo lo suficiente, el hambre del contacto con la piel es el reconocimiento de que no estamos recibiendo suficiente atención en nuestras vidas«, dijo Floyd. «Muchas personas en estos días están reconociendo que extrañan los abrazos, extrañan el contacto, y tal vez es la única cosa que la tecnología realmente no ha descubierto cómo darnos todavía«.

Alternativas

Si bien no existe un sustituto real para el contacto humano, Floyd nos comparte que hay existen algunas alternativas que las personas pueden hacer:

  • Consiente a tu perro o gato. Acariciar a un animal puede ayudar a aliviar el estrés, por eso las terapias caninas y equinas son tan exitosas, dice Floyd. Si no tiene una mascota, puede considerar dirigirse a alguna Sociedad Animal o al refugio para interactuar con un animal allí.
  • Abrazar una almohada o manta. Muchos de nosotros crecimos con un peluche favorito o una manta de seguridad. Los adultos también pueden experimentar calma y comodidad al acurrucarse en una almohada, una manta u otro objeto blando que se sienta suave y cómodamente contra la piel, asegura Floyd.
  • Practica el auto masaje. Algunas personas masajean sus propios cuellos u hombros para aliviar el estrés y el dolor físico. Floyd nos recomienda presionar el pulgar en la palma de la mano opuesta como un tipo de masaje para aliviar el estrés.

«Ninguno de estos es un sustituto perfecto«, comenta Floyd, «pero cuando poder abrazar o tomar de la mano a nuestros seres queridos no algo factible o seguro para nosotros, este tipo de cosas son ciertamente mejor que nada«[.]

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