Al iniciar los trabajos del foro virtual para la presentación y análisis del Proyecto de Iniciativa legislativa en materia de trabajo reeducativo con hombres que ejercen violencias contra las mujeres; preguntó cuál es la responsabilidad masculina, “pues son ellos los que están sobrerrepresentados en las estadísticas como responsables de violencia en hogares, violencia sexual, feminicidios, y nosotras no podemos seguir respondiendo por ellos”.
Los marcos legales y de políticas se han quedado cortos en integrar medidas necesarias para nombrar a los hombres que ejercen violencia contra las mujeres, hacer justicia y garantizar su no repetición, afirmó la diputada Martha Tagle Martínez.
Objetivos
La iniciativa, dijo, propone armonizar criterios de trabajo reeducativo con hombres que han ejercido violencia contra mujeres y niñas; y responder a su complejidad. Se busca una transformación individual y colectiva que vaya más allá de la sanción legal y punitiva. Lo que al mismo tiempo permita un proceso de transformación social que inicie desde los hombres.
Añadió que la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia contempla esta medida. Pero existen inconsistencias, vacíos y posibilidades de mejora para hacerla efectiva.
Agregó que “la realidad mexicana ha comprobado ser violenta contra las mujeres en este país” y se manifiesta como expresión de las desigualdades sociales basadas en el género; además, las violencias contra mujeres y niñas configuran un abanico de espacios y culturalidades que evidencian la falta de seguridad y justicia.
Recrudecimiento de las violencias durante las pandemias
Expresó que a inicios de 2020 había 13 entidades federativas con Declaratorias de Alerta de Género por parte de la Secretaría de Gobernación; y para este año aumentaron a 18. La Red Nacional de Refugios informó que la violencia familiar alcanzó cifra récord en mayo de 2021 con casi 24 mil casos. En junio de este año el Consejo Nacional de Población reportó que 88.2% de las víctimas de violencia en los hogares fueron niñas y adolescentes.
Además, dijo, en 2020 se alcanzó una cifra récord de delitos sexuales con más de 54 mil casos reportados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; y en los primeros 5 meses de 2021 los feminicidios aumentaron 7.1% respecto al mismo periodo del año anterior.
Indicó que el recrudecimiento de las violencias se ha advertido desde hace varios años, “por eso nos esforzamos en crear leyes, políticas públicas y presupuestos para cambiar de manera estructural las condiciones que posibilitan las violencias. Pero frente al poder hegemónico y en medio de la pandemia, vemos con preocupación que la situación ha empeorado y nuestros esfuerzos no son suficientes”.
Se debe reconocer el feminicidio como emergencia nacional
La diputada Wendy Briceño Zuloaga, secretaria de la Comisión de Igualdad de Género, señaló que debe haber una responsabilidad del estado en estos temas; y las mujeres hemos señalado que se debe reconocer el feminicidio como emergencia nacional. Por lo que de debe colocar como una prioridad que atraviese todas sus acciones, instituciones y presupuestos.
Expresó que es necesario discutir y poner en el centro “al machismo potencialmente feminicida; o al sistema patriarcal como esa emergencia que debemos discutir para empezar a atenderla en consecuencia”.
Reconociendo avances
Reconoció que se ha avanzado a través de los años, se ha generado conocimiento, debate, discusiones presupuestales, en todo lo que tiene que ver con la progresividad de derechos de niñas y mujeres, pero “necesitamos ahondar ahora en otras discusiones para avanzar socialmente”.
Indicó que en esta Legislatura se buscó colocar sobre la mesa de las discusiones fundamentales los avances impostergables de las mujeres y visualizarlos; “pero cuando hablamos de violencias y generadores de las violencias, es un tema en el que ha faltado discusión”.
Afirmó que se ha avanzado en los temas de las mujeres, pero se deben poner sobre la mesa las dificultades que ha entrañado la discusión sobre género; para avanzar usando todas las problemáticas, incluida la discusión sobre las masculinidades.
Contenido de la Iniciativa
Sobre la iniciativa, el director general de Género y Desarrollo, AC (Gendes), Mauro Vargas, dijo que se define el trabajo reeducativo con hombres que ejercen violencia contra las mujeres como un proceso reeducativo. Esto en el marco de la prevención primaria; mediante el cual los agresores trabajan para erradicar creencias, prácticas y conductas que posibilitan, justifican y sostienen el ejercicio de las violencias contra las mujeres.
Señaló que la prevención implica procesos educativos con los niños en diferentes ámbitos de la sociedad y sectores del estado, para propiciar la articulación de esfuerzos y que cualquier violencia cese y se garantice la no repetición, “pero no podemos hacerlo si los hombres no asumen sus procesos y su responsabilidad individual y colectiva, más allá de la que se le determine como parte de un debido proceso”.
Participación de especialistas
En la Mesa 1: Principales retos para la inclusión del enfoque en masculinidades en política pública, en el marco de la transversalidad de la perspectiva de género y de los liderazgos y narrativas de resistencias al cambio social, Katia Chávez León, consejera consultiva de Gendes, se refirió a los retos de la incorporación de las masculinidades en las políticas públicas y cómo lograr cambios estructurales.
Retos en gestión administrativa
En la gestión administrativa, dijo, los retos son:
- Ejecutar recursos económicos y humanos en las instituciones, con capacitación especializada.
- Desagregar datos para estudiar patrones y desarrollar políticas públicas basadas en evidencia.
- Continuar con diálogos para institucionalizar acciones relevantes.
- Cambiar paradigmas y estructuras que permitan el reconocimiento de masculinidades positivas.
Generar una política de Estado del tema de las masculinidades
Pablo Navarrete Gutiérrez, consultor en derechos humanos y género, destacó que la reforma “descargará a las mujeres de responsabilidades y colocará la responsabilidad que nos toca a los hombres”, e incorporará el enfoque de masculinidades en las políticas de igualdad y combate a la violencia.
Propuso generar una política de Estado que se haga cargo del tema de las masculinidades y asignar recursos en un anexo del presupuesto y determinar quién la va a diseñar y coordinar, “porque se necesita la rectoría del Estado en estos temas”[.]