Karma Saya

El karma saya es la unión sexual entre un hombre y una mujer antes del matrimonio y fuera de éste. Nace y se desarrolla con la “fornicación” (palabrita que les encantaba usar en la Edad Media). Por esta unión, dos personas comparten entre sí karmas y defectos y quedan unidas para siempre. Es un ligamento emocional, sexual y kármico.

Pareka abazandose y viendo de frente en fondo azul
Desde el punto de vista de la reencarnación nuestro Karma individual se traslada aquella o aquellas personas con las cuales hemos tenido vida sexual
Los seres humanos estamos formados por cuatro cuerpos: el físico (que es el que nos comunica con el mundo. Es nuestra parte externa). El etérico está por debajo del cuerpo físico (posee aproximadamente la misma extensión y forma que el cuerpo físico). Alberga nuestra identidad. También contiene todo lo que nos ha ocurrido en otras vidas. Transmite al cuerpo emocional y al cuerpo mental las informaciones que recogemos a través de los sentidos corporales.

Es el cuerpo etérico el que vuelve a nacer cuando reencarnamos. El cuerpo emocional se forma con todas las experiencias que vamos teniendo a lo largo de nuestra vida. Es en éste donde residen nuestras emociones, nuestros sentimientos y nuestro carácter. Este cuerpo es el que elige que a quien vamos a atraer y que y quien nos atraerá a nosotros. El cuerpo mental guarda y recibe todos nuestros pensamientos. El cuerpo espiritual es una parte divina en nosotros, es inmortal y perdura toda nuestra evolución.

Pareja tomándose de las manos al fondo una luz en un fondo azul
“La finalidad del sexo, no es tan sólo la gratificación física, ni la satisfacción emocional, ni siquiera la comprensión mental. Es la unificación de dos almas, fundiéndose en una unidad cósmica, que es un legado divino”, Escrito en el Cielo – Karma Sexual, disponible en http://www.escritoenelcielo.com.ar/KarmaSexual.htm
En el momento de la unión sexual los participantes fundan la totalidad de sus cuatro cuerpos, aunque no estén ligadas por el amor. Bajo este contexto, las personas abren sus almas, que es lo que las une a Dios, y si esta unión sexual es meramente por placer (entiéndase esto como egoísmo, lujuria, deseo, vacios, interés, gusto, hedonismo, status…) se produce una herida psíquica, que podrá evitarse si se mantiene una actitud de afecto e interés por el bienestar de otro.
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Desde el punto de vista de la reencarnación nuestro Karma individual se traslada aquella o aquellas personas con las cuales hemos tenido vida sexual; de igual manera sucede en sentido contrario, es decir, absorbemos el karma de la o las parejas con quienes hemos compartido vida sexual. Si una mujer, a lo largo de su vida ha tenido 16 parejas sexuales, ha compartido su karma con estos 16 hombres y a la vez se ha cargado del karma de estos mismos 16, que a su vez cargan el karma de todas las personas con las que se han unido sexualmente.

Es una cadena interminable. Si una de estas parejas sexuales, tiene un karma muy denso, éste también pasa a formar parte de esa mujer, por haberse unido a ese hombre. Debes tener en cuenta el estado de conciencia que tienes dentro de la relación sexual, pues esto incrementará o disminuirá el karma. Cuando una relación sexual se hace de manera irresponsable y se usa a la otra persona, el karma se incrementa mucho más.

Un encuentro sexual es, finalmente, un intercambio de energía. Será “obscura” si actuamos desde la lujuria y el egoísmo, será con “luz” si es con amor.

Conforme vamos aprendiendo en ésta, y a veces otras vidas, a ser menos egoístas en el momento de compartir nuestra sexualidad tenemos oportunidad de alcanzar formas más elevadas en el amor sexual.

Imagen cortesía de kot2626



Escrito por

Humanista y facilitadora en Desarrollo Humano

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