Mitos y realidades acerca de la epilepsia

La epilepsia es una afección neurológica que surge como consecuencia de un daño en el sistema nervioso central. Comprende un grupo de enfermedades con muchas caras que, la mayoría de las veces, son mal comprendidas, ya que la epilepsia no es sinónimo de retraso mental o deterioro intelectual, ni un trastorno de la personalidad.

Los ataques epilépticos son episodios que alteran la función cerebral y producen cambios en la atención y/o el comportamiento del ser humano y se producen por una excitación eléctrica anómala del cerebro.

Hay que recordar que una persona puede padecer diferentes tipos de epilepsia. Los síntomas de la epilepsia dependerán de la localización de la descarga eléctrica en el cerebro y es importante tener en cuenta que no todos los tipos de epilepsia se manifiestan a través de convulsiones corporales.

Las personas que padecen esta enfermedad pueden experimentar en algunos casos sensaciones extrañas, ya que los sentidos en algunos casos se agudizan; y en otros casos, a causa de que el cerebro está teniendo cargas eléctricas anormales, puede mandar señales que no están presentes en ese momento y que sin embargo el individuo llega a escuchar, oler o ver. Asimismo, se pueden presentar períodos en blanco donde el sujeto se desconecta brevemente del medio, por ejemplo, si estaba hablando deja de hacerlo y pierde contacto; es como si pasara una nube blanca por su mente y no es consciente de dicho episodio. Esto llega a ser más común en niños y como estas “ausencias” se pueden presentar varias en un mismo día, pueden llegar a afectar su rendimiento escolar.

Las causas de la epilepsia son de diferente índole:

• En ocasiones, se relaciona con una condición temporal, como exposición a drogas o a niveles anormales en la sangre, por ejemplo, de sodio o glucosa. En este caso, es posible que se corrija, si se logra resolver el problema que la desencadenó.
• Debido a una lesión cerebral o un tumor que puede provocar que el cerebro se vuelva más excitable.
• Hereditaria.
• Y otros casos, no es posible identificar la causa.

La forma más habitual y conocida en la que se presenta la epilepsia es a través de convulsiones; a esto se le llama el “gran mal” y se caracteriza por movimientos incontrolables de las 4 extremidades que se asemejan a sacudidas, donde se pierde la conciencia y, en la mayoría de los casos, el control de los esfínteres y puede durar desde unos segundos hasta minutos.