En un mundo en constante evolución, los derechos sexuales y reproductivos son un componente esencial para garantizar la igualdad, la inclusión y el bienestar de las personas.
Incentivar iniciativas que abordan necesidades médicas fundamentales tiene un impacto transformador en comunidades marginadas. Además, se suman sectores que históricamente han enfrentado barreras para acceder a servicios básicos.
Mejorar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva
Organizaciones y colectivos en México están liderando esfuerzos cruciales para mejorar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, especialmente en regiones rurales y urbano-marginadas.
En el ámbito de la salud sexual y reproductiva, la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar, A.C. (Mexfam), ha sido un referente clave en México durante décadas. Se ha dedicado a garantizar que todas las personas, sin importar su contexto, tengan acceso a servicios de calidad. Principalmente educación integral en sexualidad y herramientas para ejercer plenamente sus derechos reproductivos.
A lo largo del año, Mexfam alcanzó resultados notables al proporcionar 294 mil 650 servicios de salud sexual y reproductiva, impactando a un millón 177 mil 631 personas.
La inclusión es un eje central en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos. Esto incluye trabajar con comunidades LGBTTIQ+, abordar temas de masculinidades y establecer alianzas con instituciones públicas y privadas para garantizar un impacto amplio y sostenible.
Uno de los proyectos más destacados es TRANSformándome con Muxes, enfocado en empoderar a la comunidad muxe del Istmo de Tehuantepec. Este programa, además de ofrecer servicios adaptados a las necesidades específicas de esta población, fortalece redes de apoyo para mujeres lesbianas en la misma región. Estas acciones no solo mejoran la atención médica, sino que fomentan espacios seguros y solidarios para quienes han sido históricamente excluidos.
En un país donde las desigualdades persisten, estas iniciativas representan un faro de esperanza y transformación. Promover el acceso universal a servicios de calidad, junto con la educación y el empoderamiento comunitario, es crucial para construir una sociedad más equitativa.
Educación integral en sexualidad
La Educación Integral en Sexualidad (EIS) se ha convertido en una herramienta clave para prevenir embarazos adolescentes, infecciones de transmisión sexual (ITS) y violencia de género. Este enfoque no solo busca informar, sino también empoderar a las personas, especialmente a las juventudes, con conocimientos para tomar decisiones responsables y seguras sobre sus cuerpos y su vida sexual.
El uso de plataformas innovadoras, como líneas de ayuda confidenciales y videojuegos educativos, ha demostrado ser una estrategia eficaz para llegar a quienes enfrentan barreras geográficas o sociales.
Estas herramientas permiten un acceso equitativo a información vital, derribando tabúes y promoviendo conversaciones abiertas y respetuosas sobre sexualidad.
El reto hacia 2025 es claro: seguir construyendo un entorno donde la salud sexual y reproductiva sea un derecho accesible, libre de estigmas y una realidad para todas y todos.