¿Cuántas veces no nos hemos aguantado las ganas de orinar? En muchas ocasiones la dinámica diaria del trabajo o la escuela nos obliga a aguantarnos, pero ¿qué tan dañino es aguantarse las ganas de orinar?
Debes saber que la vejiga es la responsable de contener nuestra orina. La orina es un desecho del cuerpo que se produce en los riñones. Estos filtran la sangre para eliminar los desechos y el exceso de agua, una vez filtrada, la orina llega a la vejiga a través de los uréteres.
La orina está compuesta por sales minerales y desechos del metabolismo como la urea, creatinina y ácido úrico. Cuando la vejiga se llena de orina el cerebro manda señales para relajar los esfínteres y contraer la pared muscular de la vejiga para expulsarla a través de la uretra.
Aguantarse las ganas de orinar
Es más común que las mujeres se aguanten más que los hombres ya que las mujeres tienen una vejiga con características distintas. En esencia, la vejiga de la mujer tiene una pared más pequeña debido a la pelvis, además, la falta de próstata también es un factor.
Realmente aguantarse las ganas de orinar de manera esporádica no causa ningún efecto negativo a la salud a mediano-largo plazo. Sin embargo, aguantarse de manera regular puede alterar la función de la vejiga y los riñones.
Al aguantarse se ven afectados los músculos de la vejiga, el suelo pélvico, así como terminaciones nerviosas y los centros neuronales de la micción. En ese sentido las repercusiones a largo plazo van desde padecer infecciones urinarias hasta un serio problema de incontinencia urinaria o incapacidad de vaciar adecuadamente la vejiga.
El riñón también afectado
Si bien la principal afectada es la vejiga, el riñón también sufre las consecuencias como la formación de cálculos renales ya que se concentran los minerales de la orina o, también, puede haber dilatación de los riñones provocada por el reflujo de orina.