Catalogada como una enfermedad en la categoría de demencia, el Alzheimer es un padecimiento que por la rapidez de su propagación mundial y la gravedad de las afectaciones que alcanza en su entorno, ahora también se le considera como “epidemia”.
No obstante que el Alzheimer no es una infección, la peligrosa expansión que registra ha orillado a especialistas y autoridades en la materia a estimarla de epidemia como hace dos años también se hizo con la diabetes mellitus 2, medida adoptada para advertir sobre su creciente presencia y mortandad.
Por lo que toca al Alzheimer, entre los más afectados están los cuidadores de estos enfermos, algo que viene a representar una gran tragedia por lo que un cuidador significa para un enfermo de Alzheimer, consecuencias de las que el enfermo es inocente, no obstante que los cuidadores están muriendo hasta tres años antes que el enfermo, debido a la gran presión, estrés, desgaste y depresión que provoca cuidar a un paciente de este padecimiento.
Durante la visita a la Ciudad de México de la Dra. Daisy Acosta, presidenta mundial de la ADI (Alzheimer Disease Internacional), la especialista en instrucción de cuidadores de los enfermos de Alzheimer, señaló que la formación de éstos es muy laboriosa porque acaban convirtiéndose en el mejor recurso para lograr que estos pacientes cuenten con mejor calidad de vida.
Y es que el Alzheimer es una enfermedad que mina el alma de los familiares e individuos que la padecen, afirmó por su parte el Dr. David Resnikoff, psicogeriatra graduado del Maudsley Hospital en Londres, debido a que “el cuidador se enfrenta a un desgaste emocional, físico y económico muy altos. Es por ello que es quien debe estar más informado y preparado para poder ayudar de mejor manera al paciente sin que esta acción demerite su estado de salud”.
Especialista certificada por el Consejo Americano de Psiquiatría y Neurología y miembro del Grupo de Estudio 10/66 en República Dominicana , la Dra. Acosta sostuvo que “el paciente con Alzheimer en una etapa avanzada de la enfermedad es incapaz de ser autónomo y necesita supervisión para hacer tareas básicas como, por ejemplo: alimentarse, por lo que la información que reciban los cuidadores es de suma importancia pues de ellos depende la persona con la enfermedad”.
Con la presencia de la Dra. Acosta se pretende atraer a más familiares de enfermos de Alzheimer para que se capaciten y aprendan a amortiguar el sufrimiento que les provoca cuidar al paciente, quien las más de las veces es tan cercano que resulta insoportable el dolor de que ya no lo reconozca o que cada vez vaya perdiendo sus facultades de manera irreversible.
Bajo la iniciativa de los laboratorios Lundbeck, de origen danés y que son los mayores investigadores en el desarrollo de medicamentos para enfermedades del sistema nervioso central, la formación de cuidadores de estos pacientes, que presenta un gran rezago ante la incesante expansión del Alzheimer, en el año 2000 eran 6.6 millones de enfermos en el mundo, para el 2025 serán 17.5 millones y ya saben que no habrá suficientes cuidadores.