La donación de sangre salva la vida o mejora el estado de salud de hasta cuatro pacientes, además que permite al donador conocer su estado de salud, grupo sanguíneo e infecciones como hepatitis B.
Así lo afirmó la directora del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea, Julieta Rojo Medina, quien resaltó que es muy importante que la población participe de manera altruista en esta labor porque al saber que no tiene factores de riesgo, hay menos posibilidad de que se le rechace que cuando es de manera obligada, sólo por cumplir un requisito porque tiene un paciente hospitalizado.
Detalló que durante la donación se extraen 480 mililitros de sangre, la cual se fracciona para obtener plasma, plaqueta y globulina antihemofílica, en beneficio de hasta cuatro pacientes.
Para ser donador es necesario pesar más de 50 kilogramos, tener 18 años o más de edad, acudir con seis horas de ayuno, no estar desvelado, no presentar infecciones respiratorias o dermatológicas en la zona donde se inyecta la aguja para extraer la sangre, no padecer enfermedades de transmisión sexual, no haberse vacunado en el último mes, y las mujeres no deben estar en periodo de menstruación, lactancia o embarazo.
También es importante que el donador no consuma drogas ni tenga problemas de alcoholismo, no ingiera medicamentos y no tenga caries de tercer grado. “En general lo que pedimos es que vengan sanos, porque le van a dar su sangre a una persona que tiene el sistema inmune bajo y no queremos aumentar el riesgo”.
Los hombres pueden donar hasta cuatro veces al año con espacio de 45 días entre cada caso, y las mujeres en tres ocasiones.
Las personas no acuden a donar por falta de tiempo, de acceso a los centros de transfusión, miedo a la aguja, sentirse mal después de la donación o adquirir una infección.
Ante ello, especialistas del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea se trasladan a cualquier área de trabajo, oficina o universidad que lo solicite y ofrecen pláticas informativas de la utilidad de la sangre y los requisitos para llevar a cabo esta práctica.
Asimismo, llevan todo el equipo necesario para realizar la extracción del líquido con seguridad e higiene de los empleados o estudiantes que desean participar de forma voluntaria en la donación, sin necesidad de que tengan algún paciente internado.
También se puede acudir al Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea, que se ubica en la calle Othón de Mendizábal número 195, de lunes a domingo. De igual forma se puede solicitar una campaña en el centro de trabajo o escuela, a donde se envían las unidades móviles y personal especializado.
Resaltó que es fundamental cambiar el sistema de reposición por la donación voluntaria para aumentar la seguridad, al provenir de personas que ya han participado en esta actividad y por lo tanto se tiene menos probabilidad de que su sangre esté infectada con hepatitis B y C, VIH, sífilis, enfermedad de Chagas y brucella.
En cambio, cuando se obliga a un paciente a conseguir donadores, ya sean familiares o amigos, éstos acuden una sola vez y por lo tanto se desconocen sus factores de riesgo, con la posibilidad de que se tengan que rechazar.
Aclaró que las personas con tatuajes o perforaciones en el cuerpo también pueden ser donadoras, sin embargo, deben acudir seis meses después de que se hicieron el tatuaje porque es el tiempo en el que se desarrolla el agente infeccioso, si es que lo contrajeron. También es importante saber el lugar donde se lo practicaron, el equipo que se utilizó y el tamaño del tatuaje.