La eliminación del humo del cigarro en lugares públicos mediante leyes y políticas, reduce no sólo el tabaquismo sino también los ataques cardíacos, señala un estudio publicado por la Asociación Médica Americana.
El descenso en la incidencia del infarto de miocardio en un condado de Minnesota, E.U. parece vincularse con la puesta en marcha de leyes para espacios laborales libres de humo, indica un informe de los Anales de Medicina Interna en Online First, publicación de la red de la revista de la Asociación Médica Americana (JAMA, por sus siglas en inglés).
El estudio indica que existe una conexión entre la exposición al humo de segunda mano y la enfermedad de las arterias coronarias en las personas que no fuman, y las investigaciones plantean que los efectos cardiovasculares de dicha exposición son casi iguales a los de los fumadores activos. La erradicación del humo en los lugares públicos mediante leyes y políticas conlleva el potencial de reducir no solamente el tabaquismo sino hasta los eventos cardiovasculares.
El Dr. Richard D. Hurt y sus colegas de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, evaluaron la incidencia del infarto de miocardio y de muerte cardíaca súbita en el condado de Olmsted, Minnesota, durante los 18 meses anteriores y posteriores a la implementación de los reglamentos para espacios libres de humo. En el 2002, se implementó el estatuto sobre restaurantes libres de humo, y en el año 2007 también se convirtieron en lugares libres de humo todos los espacios laborales y hasta los bares.
“Se informa sobre un gran descenso en la incidencia del infarto de miocardio, desde 18 meses antes de la implementación de las leyes para restaurantes libres de humo hasta 18 meses después de la aplicación de las leyes para espacios laborales libres de humo cinco años más tarde”, comentan los autores.
Al comparar los 18 meses anteriores a la implementación de las ordenanzas sobre restaurantes libres de humo con los 18 meses posteriores a la aplicación de las mismas leyes para espacios laborales, la incidencia del infarto de miocardio descendió 33 por ciento, desde alrededor de 150 a 100 por cada cien mil personas, y la incidencia de muerte cardíaca súbita descendió 17 por ciento, desde 109 a 92 por cada cien mil personas.
“Esto debe servir de motivación para que todos los médicos defiendan las políticas para controlar bien el consumo de tabaco, entre ellas, la creación de más impuestos, la colocación de leyendas en los paquetes, la creación de espacios laborales libres de humo y la aplicación de restricciones para publicidad y comercialización, dado que el 10 por ciento de todas las muertes por motivos cardiovasculares se atribuyen al consumo de tabaco y a la exposición al humo de segunda mano”, concluyen los autores.