A pocos años del 2020, la catarata sigue siendo la principal causa de ceguera a nivel mundial. Se han visto avances en la mayoría de los países de Latinoamérica; en algunos, como Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil, los avances han sido importantes; sin embargo, en otros como Haití, Honduras y Bolivia se ha avanzado muy poco.
[media-credit name=» Bork» align=»aligncenter» width=»562″][/media-credit]El reto es que los programas de salud sean mayormente accesibles a los pacientes y lleguen al mayor número de personas que lo necesiten, además de que el proceso se complete con calidad. También es importante que la sociedad oftalmológica se involucre en el cabildeo con sus respectivos gobiernos, para conseguir mayores apoyos en cirugía de catarata y respondamos a la necesidad social.
Proporcionar servicios de forma equitativa, que estén disponibles y sean asequibles para todos, ha sido una prioridad. No obstante, los estudios indican que muchos grupos de la sociedad (por ejemplo, las mujeres pobres o discapacitadas) con frecuencia no pueden acceder a los servicios. Y cuando tienen acceso, estos grupos desfavorecidos reciben un servicio de la peor calidad, pese a su mayor necesidad.
La lucha contra la desigualdad en el acceso a la cirugía de cataratas para las mujeres ha sido una prioridad. Los datos no publicados de tres centros oftalmológicos de Uganda revelan que el 50.2% de las 2,800 operaciones de cataratas realizadas en 2013, de las que se dispuso de información sobre el género de los pacientes, fue en mujeres.
La oficina estadística de Uganda calcula que el 56% de los ugandeses mayores de 50 años son mujeres. Esto implica que ellas no tienen acceso a una cirugía de cataratas en la misma medida que los hombres en este entorno y es un hallazgo que se repite en otros lugares.
Los resultados de las encuestas más recientes de Evaluación rápida de la ceguera evitable sugiere una conclusión similar. Casi de manera uniforme, estas encuestas revelan que el número de hombres que se han sometido a una cirugía de cataratas es mayor que el número de mujeres, a pesar de que hay más mujeres en los grupos de mayor edad. Esto implica que a los hombres les resulta más fácil utilizar (y pagar) los servicios que se proporcionan.
Existe muy poca información acerca de la pobreza y el acceso a la cirugía de cataratas. Sabemos que la cirugía de cataratas contribuye a la disminución de la pobreza, pero también se cree que las personas que viven en la pobreza tienen menor posibilidades de acceder a este servicio.
En los hospitales existe una tendencia hacia la sostenibilidad financiera. A menudo se logra pidiendo a los pacientes ricos que aporten un suplemento para el costo de las operaciones de los que son demasiado pobres para pagarlas. Para que esto funcione, los pacientes ricos deben verse motivados a acudir a los hospitales locales y se utilizan varias tácticas exitosas para lograr este objetivo. Al mismo tiempo, algunos indicios llevan a pensar que los hospitales también están reduciendo costos mediante el cierre de los programas de expansión dirigidos a los grupos de difícil alcance.
Fomentar la sostenibilidad financiera es algo positivo, al igual que los subsidios cruzados de operaciones de cataratas para las personas que no pueden pagarlas. Sin embargo, al menos que los hospitales hagan un esfuerzo a conciencia para llegar a grupos de difícil alcance, la desigualdad aumentará.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que las personas de sectores desfavorecidos tienen dificultades para hacer uso de los servicios, principalmente porque se les pide, por lo general, que paguen una parte de los costos de su tratamiento.
Para abordar este tema, la OMS introdujo el concepto de “cobertura de salud universal”, en virtud del cual los sistemas de salud posibilitan el acceso equitativo mediante servicios asequibles, la vez que garantizan la alta calidad de estos. El principal propósito de la cobertura de salud universal es asegurar que el gasto extra permanezca tan bajo como sea posible y que nadie quede en situación de pobreza a raíz de los costos sanitarios o excluidos de la atención médica a causa de ellos.
Referencias
- Revista Salud Ocular Comunitaria. Artículos de Pedro Gómez Bastar, Director del Instituto de la Visión, Universidad de Montemorelos, México y Robert Lindfield, Profesor clínico: Grupo sobre discapacidad y salud oftalmológica, Londres Reino Unido. Volumen 6. Número 15 y 16. Año 2014.