El uso de drogas intravenosas se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo para adquirir el virus de la hepatitis C (VHC), advirtió la doctora Margarita Dehesa Violante, integrante de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa), quien destacó el elevado peligro al que se exponen las personas al realizar esta práctica, tanto por el daño que ocasiona el consumo de estas sustancias como por el riesgo de contagiarse de enfermedades.
“La hepatitis C es frecuente en quienes usan drogas intravenosas porque generalmente comparten agujas, jeringas o material infectado con el virus. Además, el peligro no sólo es para los usuarios pues también existe alto riesgo de infección para las personas que preparan los estupefacientes porque comparten equipos tales como cocinas, filtros, hisopos y agua1”, refirió la especialista en hepatología.El VHC es muy contagioso y puede propagarse fácilmente cuando una persona entra en contacto con superficies, equipos y objetos contaminados con sangre infectada, incluso en cantidades demasiado pequeñas para poder verlas, pues el virus se mantiene activo en estos objetos hasta por tres semanas [2].
“Por ejemplo, muchos jóvenes tienen el deseo de experimentar cosas nuevas, dentro de ellas, consumir estupefacientes por vía intravenosa y, aunque sólo lo hayan hecho una vez, corren alto riesgo de haber adquirido el VHC u otras enfermedades, por lo que deben realizarse la prueba”, comentó Dehesa Violante.
Además, otros factores de riesgo para contagiarse de hepatitis C –padecimiento que afecta a 1.6 millones de mexicanos– son:
- transfusiones sanguíneas (que se hayan realizado antes de 1995),
- someterse a tratamientos de pedicure, acupuntura, tatuajes, piercing o procedimientos dentales con material no esterilizado,
- así como nacer de una madre portadora del virus.
Asimismo, la integrante de FundHepa destacó el uso de terapias de última generación que ofrecen una mejor calidad de vida a los pacientes con hepatitis C.
“En México ya tenemos el primer tratamiento libre de interferón, que combina tres antivirales de acción directa, actúa en 12 semanas y ofrece altas tasas de curación del VHC en pacientes con Genotipo 1”, refirió Dehesa.
El tratamiento, aprobado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el pasado mes de mayo de 2015, es oral y ofrece una respuesta viral sostenida –ausencia de niveles detectables de VHC en lapsos de tiempo específicos después de completar el tratamiento– de hasta 98% para la cura del padecimiento, sin embargo sólo puede ser utilizado en personas que no tengan función hepática descompensado.
“Desafortunadamente, la hepatitis C es una enfermedad silenciosa que puede no presentar síntomas hasta 20 años después del contagio, por lo que es necesario que cualquiera que considere tener alguno de los factores de riesgo mencionados se realice la prueba del VHC para evitar graves consecuencias, como cirrosis o cáncer de hígado e incluso la muerte”, finalizó la especialista.
Sitios de interés
- Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa) https://www.fundhepa.org.mx/
Referencias
- Hagan, H., Pouget, E. and Des Jarlais, D. (2011), ‘A systematic review and meta-analysis of interventions to prevent hepatitis C virus infection in people who inject drugs’, The Journal of Infectious Diseases 204, pp. 74–83.
- U.S. Department of Health and Human Services, Hepatitis C & injection drug use, Centers for Disease Control and Prevention, p. 1.