“Qué Bueno” Esta frase es una de las más poderosas que considero que he descubierto, me voy a permitir platicarles como llegue a esta conclusión: En una ocasión una paciente me pidió por favor que le dijera unas palabras en una frase corta que le hicieran recordar todo lo bueno y todo lo malo que había pasado, pero que al mismo tiempo tuvieran el mensaje de que todo iba a estar bien, en general procuro contestar de la manera más razonable posible , sin embargo dije lo primero que me vino a la mente: “Que bueno” que me lo preguntas , sabes en la vida no hay nada bueno, ni malo solo hay circunstancias diferentes y todas tienen un sentido positivo si tú así lo decides, cuando analice lo que dije regresándome a mis palabras pensé “Qué bueno que me lo pregunto” y como bien dicen se me prendió el foco, de esa forma saque mi conclusión diciéndole lo siguiente:
Escribe en un papel que veas frente a ti todos los días las palabras “Qué Bueno” estas dos palabras te van a recordar siempre que a pesar de lo que ocurra todo va a estar bien, lo curioso de esto es que al mismo tiempo que lo decía yo también lo estaba entendiendo y seguí con mi explicación, le dije mira por ejemplo: Si decides salir con alguien porque tienes un interés romántico y de esto resulta una relación que te haga feliz “Que bueno“ y si no es así “Que bueno”, porque no era la persona adecuada y esto te va a permitir tener la pareja adecuada más adelante , así le di varios ejemplo, porque esas palabras aplican a cualquier situación y siempre te van a dar la opción de una nueva alternativa .
Te invito a hacer la prueba empieza por fijar esta idea en tu mente como un método para encontrar alternativas de salida o solución a cualquier circunstancia, te aseguro que si lo pones en práctica que te vas a sorprender.
Pensando en este tema escribí este cuento:
“Que bueno”
Había una vez un chofer llamado Alfonso llevaba mercancía en un camión de carga destinada a un pueblo lejano, en el camino pensaba que su vida no era la que él esperaba, su trabajo era duro ysolitario, pero del dinero que ganaba dependía el sustento de su familia, tenía dos hijos que estudiaban y su esposa.
En su camino un hombre llamado Ramón le pidió que lo llevara al siguiente poblado, el hombre se había perdido y caído en una zanja por lo que olía mal, sin embargo Alfonso lo subió a su camión.
El hombre resulto muy conversador, Alfonso al principio solo esperaba llegar lo más pronto posible al siguiente pueblo para bajarlo, porque el olor de aquel hombre era muy penetrante, sin embargo decidió que después de todo su camino era largo y le vendría bien platicar y empezó a ponerle atención justo cuando el hombre decía que conocía a Don Fernando y era su gran amigo, entonces Alfonso se dio cuenta que había tenido mucha suerte, porque si este hombre le presentaba a Don Fernando su mercancía podría venderla en un pueblo más cercano y a ese acuerdo llego con Ramón así que esto iba a ocurrir muy pronto, entonces se despidió de su copiloto muy contento incluso pensando que después de todo el hombre no olía tan mal.
Alfonso continuo su camino, cuando había pasado apenas unos kilómetros se le poncho una llanta, inmediatamente se puso furioso porque recordó que no llevaba llanta de refacción, en ese momento empezó a llover como diluvio y ya era tarde , así que se resguardo en su camión de inmediato , de pronto unas personas le tocaron el vidrio de su camión pidiéndole ayuda, le explicaron que la lluvia inesperada había provocado que se volteara su camión y que afortunadamente a ellos no les había pasado nada , pero que de haber llevado el camión con carga hubiera sido una verdadera tragedia. Alfonso los subió al camión porque la lluvia era terrible, al cabo de unas horas los dos hombres bajaron y localizaron a su patrón unos kilómetros más a delante para que fuera por el camión y de paso le consiguieron una llanta de refacción a su protector, como supondrán todo se resolvió y Alfonso continuo su camino, pero esta vez lo que pensaba era muy distinto.
¡Qué suerte! “qué bueno” que me encontré a Ramón y “qué bueno” que no pude avanzar más en mi camino cuando cayó la fuerte lluvia, porque mi camión si tenía carga.
La lección es que: en la vida si las cosas resultan “qué bueno” tuvimos un acierto, sino resultan también “qué bueno”, porque crecemos y así avanzamos en nuestro camino.