noviembre 24, 2024

Los temas que no cierras terminan estorbando (cierre de cliclos)

mujer con expresión de duda de fondo flechas con diversas direcciones
Jorge Piña Quevedo
Jorge Piña Quevedo

Vamos a comenzar definiendo qué es un ciclo: Un ciclo es una secuencia de estados cambiantes que si se completan, producen un estado final idéntico al estado original.

Por más que lo intentes, no puedes escapar de ti mismo

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Analizando brevemente:
  • Es una secuencia
  • Estados cambiantes
  • Deben ser completados
  • El resultado es volver al principio

Lo primero que resalta es que un ciclo es algo repetitivo y como se puede observar en muchas si no todas las cosas de la vida, lo que se repite una y otra vez termina por convertirse en un proceso inconsciente o dicho en otras palabras en un proceso automático, pero hay una aclaración por hacer.

En el proceso de los ciclos algunos son completamente instintivos y forman parte del equipamiento de los seres vivos, por ello los seres humanos nada tenemos que ver con su objetivo ni con su activación que es algo fisiológico y, por lo tanto son completamente automáticos.

Los ciclos que no son instintivos sino que son “socioculturalmente heredados” por una persona, tienen un objetivo positivo aunque no sea notorio a simple vista. Entre esos objetivos están las formas correctas de satisfacción de una necesidad, de la obtención de un placer, de cómo relacionarse con los demás y de cómo lograr una meta y/o alcanzar la solución ante una situación o problema entre otras cosas.

Psicológicamente hablando, estos ciclos se encuentran en un espacio en el que los límites y los disparadores que los arrancan han sido aprendidos más por el ejemplo que por las palabras, lo que puede hacer más difícil tanto su conciencia como su desarticulación. Los hemos utilizado por años y años hasta que un día dejan de funcionar debido a la aparición de la individualidad de la persona.

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Estos ciclos son generalmente más automáticos y al no ser propios sino adoptados, son más susceptibles a ser influidos por la consciencia.

Otra aclaración pertinente es que hay ciclos positivos y ciclos negativos y definitivamente nos conviene conservar y fortalecer a los primeros.

Los ciclos negativos que nosotros mismos hemos creado de manera consciente son lo que tendrían que ser más fáciles tanto de concientizar como de deshacer pero no siempre es el caso pues en primer lugar, tendríamos que aceptar que hemos estado equivocados.

Está claro que permanecer en un ciclo negativo es estar atrapado en una situación que, por definición, no nos lleva sino al mismo sitio en que todo comenzó. Entonces comúnmente hacemos la pregunta: ¿Por qué será que una persona se mantiene en un ciclo si sabe que le está dañando?

¿Cuáles serán las causas o los motivos de su comportamiento?

Desafortunadamente podríamos pasar varios años buscando y encontrando las respuestas pero después de conocerlas y comprenderlas intelectualmente, nueve de diez personas continúan sin salir del ciclo.

El principio de la desarticulación de un ciclo negativo es cambiar la pregunta ¿Por qué? por la pregunta ¿Para qué? El por qué se dirige al pasado, mientras para qué se posiciona en el presente y se dirige hacia el futuro.

Al responder la pregunta para qué, comenzarán a aparecer los objetivos que permanecen ocultos y lejos de su consciencia pues no encajan con la visión que de sí misma tiene una persona.

Sus verdaderas intenciones saldrán a la luz. Tendrá que abandonar lo que puede ser una posición cómoda y reconocer sus dependencias. Se encontrará cara a cara con sus miedos y muy probablemente con la vergüenza que tiene y ha ocultado a los demás y principalmente a sí misma.

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Se necesita haber sufrido mucho, peleado mucho, defendido mucho y atacado mucho sin lograr nada para que como señala William James, psicólogo considerado el padre de la Psicología norteamericana en su libro “Variedades de la Experiencia Religiosa”, el individuo se encuentre derrotado y permita que Dios lo ayude.

Las ganancias emocionales y psicológicas que se obtienen de un ejercicio de admisión profundo son sin duda alguna, superiores a todo lo que una persona ha invertido tratando de controlar al mundo y sus habitantes para que no se den cuenta de quien es realmente. Lo paradójico es que los demás por lo general ya lo saben.

Antes de iniciar un proceso de esta naturaleza es necesario que exista un ego fuerte. No un ego inflado de esos que estallan con el piquete de un alfiler sino uno de esos que escuchan, analizan, reconocen y cambian si es necesario. Esto no significa que un ego fuerte es uno al que nada le afecta sino más bien al contrario, se deja afectar y después analiza.

Es muy recomendable buscar ayuda profesional con alguien que sea compasivo y fuerte al mismo tiempo pues como claramente dijo el psiquiatra suizo Carl Jung: «¡Jamás olvides que cuando estás en tu consultorio tienes frente a ti a otro ser humano!«.

Concluyo diciendo que cuando los ciclos negativos no se cierran es porque todavía hay cosas pendientes de resolver dentro del individuo y aunque a primera vista parezca necedad, obsesión, etc., el mensaje profundo es: “Por más que lo intentes, no puedes escapar de ti mismo”.

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