Para aclarar estas relaciones, científicos realizaron una revisión específica de la investigación sobre las asociaciones entre la insuficiencia cardíaca, la depresión y la ansiedad.
[/media-credit] Estudios previos han relacionado los trastornos psiquiátricos con peores resultados en pacientes con insuficiencia cardíaca.
Sin embargo, la depresión y la ansiedad siguen siendo poco reconocidas y tratadas de forma insuficiente en pacientes con insuficiencia cardíaca, informa Christopher Celano, MD, del Hospital General de Massachusetts y sus colegas. «Diagnosticar una enfermedad psiquiátrica puede ser un reto en vista de la importante superposición» entre los síntomas psiquiátricos y los relacionados con la insuficiencia cardíaca, comenta el Dr. Celano. Sin embargo, «hacer el esfuerzo puede ayudar a identificar a aquellos que tienen un mayor riesgo de desenlaces cardíacos deficientes e implementar el tratamiento de estos trastornos«.
Depresión y ansiedad en la insuficiencia cardíaca: invitación para mejorar el diagnóstico y el tratamiento
La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica y progresiva en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre y causa síntomas como fatiga y dificultad para respirar. Afecta a más de 5 millones de estadounidenses, la insuficiencia cardíaca causa la muerte dentro de los 5 años en aproximadamente el 50% de los pacientes.
Estudios previos han relacionado los trastornos psiquiátricos con peores resultados en pacientes con insuficiencia cardíaca. Para aclarar estas relaciones, el Dr. Celano y sus colegas realizaron una revisión específica de la investigación sobre las asociaciones entre la insuficiencia cardíaca, la depresión y la ansiedad.
Hallaron pruebas que confirmaban tasas «notablemente más altas» de depresión y trastornos de ansiedad en pacientes con insuficiencia cardíaca, en comparación con la población general. Los estudios han informado que un tercio de los pacientes con insuficiencia cardíaca reportan síntomas elevados de depresión en los cuestionarios estándar, mientras que el 19% cumple con los criterios de diagnóstico para la depresión mayor u otros trastornos depresivos.
«La depresión se ha relacionado con el desarrollo y la progresión de la insuficiencia cardíaca y otras enfermedades cardiovasculares«, escriben el Dr. Celano y sus coautores. Los estudios sugieren no solo que los pacientes con insuficiencia cardíaca con depresión tienen mayor riesgo de muerte o eventos cardíacos, sino también que los adultos sanos con depresión son más propensos a desarrollar insuficiencia cardíaca.
La ansiedad también es muy frecuente entre los pacientes con insuficiencia cardíaca: casi 30% de los pacientes tienen síntomas de ansiedad clínicamente significativos, mientras que 13% cumplen los criterios de diagnóstico para los trastornos de ansiedad (como trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de estrés postraumático o trastorno de pánico). Algunos estudios han vinculado la ansiedad a los resultados de la insuficiencia cardíaca adversa, aunque la evidencia es menos consistente que para la depresión.
Ambos factores fisiológicos y de comportamiento pueden contribuir a resultados adversos. La depresión y la ansiedad pueden hacer que sea más difícil para los pacientes con insuficiencia cardíaca seguir las recomendaciones de dieta, ejercicio y uso de medicamentos. Los estudios también han relacionado la depresión con los cambios metabólicos, incluido el aumento de los niveles de marcadores inflamatorios.
El Dr. Celano y sus colegas creen que las entrevistas diagnósticas formales (es decir, basadas en los criterios del DSM-5) pueden ayudar a evaluar la causa de los síntomas superpuestos entre la insuficiencia cardíaca y la depresión o la ansiedad, por ejemplo, problemas de sueño, concentración o energía.
Hasta la fecha, hay relativamente pocas investigaciones para guiar el tratamiento de la depresión y la ansiedad en la insuficiencia cardíaca. La psicoterapia puede ofrecer ventajas sobre los medicamentos; la terapia cognitivo-conductual es el único tipo de psicoterapia específicamente demostrado ser eficaz en pacientes con insuficiencia cardíaca. A pesar de la falta de pruebas específicas de su eficacia en pacientes con insuficiencia cardíaca, se recomiendan antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, con una estrecha vigilancia, dados sus efectos beneficiosos conocidos cuando se trata la depresión y la ansiedad en otras poblaciones.
Los investigadores enfatizan la necesidad de realizar más investigación sobre tratamientos efectivos para un gran grupo de pacientes con insuficiencia cardíaca complicada por depresión y ansiedad. El Dr. Celano y sus coautores concluyen: «Es probable que se necesite un enfoque de tratamiento multimodal agresivo, como modelos de atención colaborativa o cuidados escalonados de un profesional de la salud mental, para mejorar la salud psiquiátrica y cardíaca en esta población de alto riesgo«[.]
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