Nuestro cuerpo está conformado por los sistemas digestivo, respiratorio, nervioso y óseo, que trabajan en conjunto para que el organismo funcione de manera correcta y saludable. Es un hecho que lo que le suceda a uno repercute en el otro, lo que nos lleva a plantear la siguiente pregunta: ¿las enfermedades también se comportan así?, ¿Se conectan unas con otras?.
En 2017, The Lancet puso sobre la mesa el término sindemia para hablar de la concepción biosocial de la salud y destacar que «las enfermedades son interactivas, con factores sociales y ambientales«. Uno de los objetivos de este término es facilitar la comprensión de padecimientos que se interrelacionan, así como acciones que se enfoquen en su tratamiento y resolución.El informe La Sindémica Global de Obesidad, Desnutrición y Cambio Climático, de la Comisión sobre Obesidad de The Lancet, no solo afirma que esta conexión existe sino que para hacerle frente es necesario «un movimiento transformador que aborde la obesidad, la desnutrición y el cambio climático desde un solo frente«.
Integrada por 43 expertos en salud pública de 14 países, la Comisión destaca que los principales sistemas que impulsan la sindemia global son:
- La alimentación
- La agricultura
- El transporte
- El diseño urbano
- El uso de la tierra
Un análisis de la dinámica de estos sistemas arrojó luz sobre las respuestas a algunas preguntas fundamentales:
- ¿Por qué estos sistemas funcionan como lo hacen?
- ¿Por qué necesitan cambiar?
- ¿Por qué son tan difíciles de cambiar?
- ¿Qué puntos de apoyo se requieren para superar la inercia de la sindemia global?
Con información proporcionada por Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF)[.]
[referencias]