En el marco del Taller Jack F. Ealy de Periodismo Científico “Acceso y Calidad en la Atención a la Salud en México”, se realizó una mesa redonda titulada «Modelos de atención en salud«, en la cual, 4 especialistas abordaron desde una perspectiva de acceso y cobertura completa las principales ventajas y áreas de oportunidad de las instituciones de salud pública del país.
En México, los sistemas de salud presentan una fragmentación en su estructura por la esencia de los modelos a los que pertenecen. Por un lado, se tienen los modelos contributivos; tales como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); y los modelos no contributivos, donde se encuentra el Seguro Popular, las instituciones pertenecientes a la Secretaría de Salud y los Sistemas Estatales de Salud.“Existe más de una veintena de subsistemas públicos de salud, cada uno con sus propios modelos de atención, lo que genera grandes asimetrías e inequidades en su funcionamiento y resultados en indicadores de salud como las tasas mortalidad en padecimientos como diabetes mellitus, VIH-SIDA, Cáncer de mama y cardiovasculares, en donde existen brechas de probabilidad de muerte mayores al 100% para un paciente que se atiende, por ejemplo, en el Seguro Popular y otro que se atiende en el IMSS por el mismo padecimiento. Un factor que profundiza este fenómeno es la insuficiencia e inequidad del financiamiento entre estos subsistemas” comentó el Mtro. Alejandro González Arreola, Socio-Consultor Senior de VSD Consultores S.C.
El presupuesto de las instituciones de salud pública se encuentra constituido en gran parte por apoyo federal, ya que concentra un porcentaje muy importante al pago de la nómina, el resto es para la operación de la institución. Por este motivo, es indispensable el apoyo que se tiene del Seguro Popular, ya que en algunas ocasiones el soporte económico que brinda a las instituciones ronda entre el 30% y el 40%. Aunado a esto, se encuentran las asociaciones y recursos propios, recursos que se obtienen a través de las cuotas de recuperación, sin embargo, éste no representa un ingreso estable.
La creación del Seguro Popular atiende una necesidad de cobertura sobre un segmento muy importante de la población que no entra en ninguno cubierto por el IMSS y el ISSSTE. Esta porción de la población pertenece a un gran cúmulo de personas que no cuentan con un empleo formal, lo cual representa poco más del 56% de la población perteneciente al sector laboral.
Durante la mesa, se determinó que el Seguro Popular cuenta con transparencia y legitimidad, los procesos para la integración de recursos a un paciente son rigurosos, pues el médico responsable debe constatar todos los datos de ingreso y tratamiento para la validación de la atención al paciente. Su problema ha radicado en la administración de los gobiernos estatales, ya que son quienes determinan la distribución del presupuesto.
“Actualmente, existe un problema estructural en el sistema de salud, que no es exclusivo del Seguro Popular, su diseño ha sido el blanco más fácil de crítica porque es fácil de entender y visible para muchas personas, principalmente para quienes tienen los ingresos más bajos, sin embargo, la principal problemática parte de los 15 sistemas de salud con los que contamos, ya que cada uno presenta sus complejidades de fragmentación y cada uno cuenta con su propia lógica de financiamiento, así como con sus respectivos costos y modalidades de operación”. Comentó el Lic. Francisco Freyria Sutcliffe, Director General de FUTEJE I.A.P.
A pesar de las últimas modificaciones que se han realizado en el sistema nacional de salud, muchas instituciones continúan centrándose en la atención curativa con una baja inversión en la prevención, acción que resulta ser la más eficiente en su relación costo beneficio dentro del ámbito público. Actualmente el sistema de salud con el que cuenta México continua en época analógica sin capacidad de integrar sistemas digitales de información para atender de manera preventiva a poblaciones específicas.
“Es indispensable la implementación de un instrumento de medición y transparencia para determinar el buen manejo de los recursos. La finalidad de tener sistemas eficientes debe centrarse en respetar los tiempos de atención para poder recibir al mismo tiempo un servicio de calidad, tanto en consultas como en tratamientos. A través de esta ejecución es como podríamos garantizar que el paciente sea el centro”, concluyó el Dr. Alejandro Serrano, Director General del Instituto Nacional de Pediatría[.]