Según la investigación, estar físicamente inactivo es el mayor factor de riesgo de discapacidad a medida que envejecemos. Es decir, tener problemas para moverse por nuestra propia cuenta, como tener dificultades para caminar, subir escalones o poder subir y bajar de una silla, puede que provocar una discapacidad física y perder la independencia.
[/media-credit] estar físicamente inactivo es el mayor factor de riesgo de discapacidad a medida que envejecemos.
Los investigadores explican que la actividad física tiene beneficios comprobados para la salud, especialmente actividad física moderada a vigorosa, como caminar a la tienda o muchos tipos de jardinería. Pero quizás sorprendentemente, no sabemos mucho sobre los beneficios de las formas más ligeras de actividad física o los efectos de distribuir nuestra actividad física durante todo el día. Comprender los beneficios de moverse con más frecuencia y realizar actividades físicas más ligeras es importante para la salud de los adultos mayores. Este tipo de actividad física puede ser más fácil para que los adultos mayores practiquen regularmente, especialmente aquellos que son frágiles.
Es por eso que un equipo de investigadores creó un estudio para examinar los efectos de realizar actividad física ligera y actividad física moderada a vigorosa en adultos mayores. Los investigadores estaban interesados en determinar cómo la participación en estas diferentes intensidades de actividad, y si una persona distribuye su actividad física durante el día, afecta las posibilidades de desarrollar una discapacidad de movilidad importante.
Los participantes en el estudio eran adultos mayores que tenían problemas con la función física y que participaron en el estudio Lifestyle Interventions and Independence for Elders (LIFE, Intervenciones de estilo de vida e independencia para adultos mayores). Los investigadores publicaron sus resultados en el artículo «Relationships Between Profiles of Physical Activity and Major Mobility Disability in the LIFE Study» [1] (Relaciones entre los perfiles de actividad física y la discapacidad de movilidad mayor en el estudio LIFE) en el Journal of the American Geriatrics Society.
El estudio LIFE examinó si un programa de ejercicio a largo plazo podría mejorar una discapacidad de movilidad importante. A los fines del estudio, los investigadores consideraron que los participantes tenían una «discapacidad de movilidad importante» si no podían caminar 400 metros (aproximadamente un cuarto de milla o 5 cuadras de la ciudad).
Las personas en el estudio tenían entre 70 y 89 años de edad. Antes del estudio, los participantes hicieron menos de 20 minutos de ejercicio a la semana, pudieron caminar 400 metros en menos de 15 minutos y se determinó que podían participar de manera segura en el estudio.
Los participantes se dividieron en dos grupos:
- Un grupo de ejercicio
- Un grupo que recibió educación para la salud sin ejercicio
En el sexto mes del estudio, los participantes en el grupo de ejercicio realizaron 40 minutos adicionales a la semana de ejercicio moderado a vigoroso, que continuaron después de 12 meses y 24 meses.
El enfoque del programa de ejercicios fue la actividad aeróbica (ejercicios que aumentan su respiración y frecuencia cardíaca), específicamente caminar. Los participantes tenían el objetivo de:
- Completar 150 minutos semanales de ejercicio moderado a vigoroso combinados con ejercicios breves de equilibrio, flexibilidad
- Fortalecimiento de la parte inferior del cuerpo
Los participantes tenían como objetivo hacer ejercicio de 5 a 7 días por semana, incluidas 2 sesiones semanales de ejercicio en el centro. Durante las pocas semanas de entrenamiento, los participantes avanzaron de ejercicio a una intensidad ligera a una intensidad de caminata que sintieron que era al menos «moderada«.
De los participantes:
- 818 fueron asignados aleatoriamente al programa de ejercicios
- 507 individuos tenían información de «acelerómetro» al comienzo del estudio
Un acelerómetro es similar a un podómetro, pero mide tanto la cantidad como la intensidad de la actividad física.
Los investigadores encontraron que la intensidad de la actividad física, así como la forma en que la actividad física se extiende a lo largo del día, debe coincidir con la salud física de cada individuo para minimizar su probabilidad de desarrollar una discapacidad de movilidad importante.
Primero, recomiendan que las personas frágiles se centren en desarrollar la fuerza y el equilibrio como un paso clave para prevenir la discapacidad de movilidad. Luego, a medida que se desarrollen la fuerza y el equilibrio, los adultos mayores deben concentrarse en aumentar la cantidad de actividad física de intensidad moderada a vigorosa que realizan cada día a través de actividades como:
- trabajar en el hogar
- caminar para el transporte
- hacer ejercicio con un propósito
Una vez que las personas desarrollan fuerza y equilibrio, y participan en al menos en una pequeña cantidad de actividad moderada a vigorosa, pueden reducir más su riesgo de discapacidad de movilidad al aumentar la cantidad de actividad ligera que realizan cada día, y al difundir esta actividad por completo día, por ejemplo a través de pasatiempos como:
- cocinar
- trabajar la madera
- realizar jardinería ligera
Los investigadores concluyeron al hacer eco de las actuales Pautas de actividad física de los Estados Unidos, sugiriendo que una recomendación de «moverse más, con más frecuencia» es un buen punto de partida para los adultos mayores que desean mantener el funcionamiento físico y un estilo de vida independiente[.]
