Hablar y aclarar las dudas con respecto a la Sexualidad a niños de entre 6 y 9 años
En esta etapa se empieza a desarrollar ampliamente el pensamiento abstracto, por lo que además de datos objetivos (por ejemplo: nociones de anatomía y fisiología), ya se pueden proponer valores sexuales, como equidad, respeto, responsabilidad y libertad. Hay que contestar llanamente, sin rodeos y con absoluta concreción. Así por ejemplo, hay que llamarle a las cosas por su nombre: al pene, pene y a la vagina, vagina. Es importante responder sin vacilaciones ni a medias. Para poder tener claridad en las respuestas, es importante saber cuales son exactamente las dudas y en que contexto se producen; es decir, también debemos conocer lo que el propio niño o niña sabe de ese tema y, por supuesto cuáles son las ideas, sensaciones y sentimientos que se ocultan en las preguntas formuladas.
De los 9 a los 12 años
Ya bien instalado el pensamiento abstracto, se puede profundizar tanto en los datos objetivos como en los subjetivos de la sexualidad. A esta edad son comunes las preguntas sobre relaciones sexuales, noviazgo, amor, embarazo, masturbación y maneras de evitar embarazos e infecciones de transmisión sexual.
Dudas frecuentes en los papás y mamás
Son diversas, dependiendo de múltiples variables. Sin embargo, la mayoría de ellas tienen que ver con los propios miedos de que sus hijos e hijas conozcan más sobre el cuerpo, el placer y las relaciones sexuales. Así, es frecuente que los padres pregunten si es «bueno o es malo» que sus hijas e hijos conozcan sobre masturbación, orgasmo, uso del condón, etc. Habitualmente tienen muchos prejuicios e ideas erróneas sobre la supuesta inducción a la promiscuidad sexual que la educación sobre estos temas conlleva. Por eso es muy importante que padres y madres de familia desarrollen no sólo conocimientos, sino sobre todo actitudes desprejuiciadas y científicas en sexualidad.
Masturbación infantil
El autoerotismo es inherente a las personas desde las etapas más tempranas de su desarrollo. Se ha confirmado mediante estudios ultrasonográficos y de resonancia magnética, que los bebés in útero, ya acarician su vulva o su pene. Ocurren autoexploraciones sexuales frecuentes en las etapas preescolar y escolar, y a menudo es en la pubertad cuando se desarrollan variantes más amplias para la masturbación en hombres y en mujeres. Las estadísticas mundiales revelan que esta práctica es mayoritaria en los hombres y muy común en las mujeres en toda etapa de la vida, incluyendo la edad adulta tardía.
Cuando los padres descubran que su hijo o hija se masturba, la actitud debe ser de entera naturalidad, pues forma parte del habitual desarrollo psicosexual de las personas. Es una conducta que no debe ser reprimida ni inhibida, pues si esto ocurre, sí podría incidir negativamente en la sexualidad de la persona, depositando culpas, miedos, vergüenza y sensaciones de inadecuación. Recordar que el autoerotismo es un acto íntimo y privado, por lo que tal situación debe ser respetada.
¿Cómo prevenir y detectar abuso sexual en los niños?
Es fundamental brindar en la casa un espacio de apertura, confianza, respeto y libertades a los infantes, manteniendo una permanente interlocución con ellas y ellos. De esa forma, siempre existirá el canal de comunicación necesario para detectar un abuso sexual. Por otro lado, es esencial fomentar una cultura de conocimiento, autoexploración y respeto por el propio cuerpo, así como un desarrollo de la persona que permita incrementar su autoestima (lo cual impedirá que tolere tocamientos o conductas que no le gustan) y asertividad (que le permitirá al menor, rechazar a alguien que pretenda abusar y decir no, cuando no quiere un acercamiento o caricia indeseable, aunque esta sea de una persona cercana, incluso familiar). También resulta importante dotar de toda credibilidad a los menores y darle a su palabra el mismo peso que a la de cualquier adulto.
Finalmente, en casa deberá estimularse un trato respetuoso hacia niños y niñas, en vez de la tradicional sumisión con la que muchas veces se les educa en un proceso que no es de crecimiento personal sino de subordinación. Tengamos presente que no es lo mismo promover respeto y disciplina, que suscitar miedo y obediencia incondicional.
Dra. María Antonieta García Ramos, Sexóloga. Psicoterapeuta sexual. Caleidoscopía, Espacio de Cultura Terapia y Salud Sexual