Creo que históricamente se ha concebido al amor, al menos como me lo enseñaron, más bien como el que se tiene hacia la pareja. Hoy, he empezado a sospechar que me debieron enseñar a amarme mucho más a mí misma, a apapacharme, a preocuparme y ocuparme de mí; así, lo demás se daría con más facilidad.
¿Cuántas de nosotras pasamos tiempo viendo cómo hacer feliz a nuestros novios o a otros y olvidándonos de nuestra propia felicidad?
Digo, no está mal amar y compartir con los otros … pero amarnos a nosotros mismos debiera ser nuestra tarea principal, primero, antes de pensar en amar a otra persona.
Hoy veré a mis grandes amigas para celebrar nuestro amor, para agradecer que hemos estado ahí por todos estos años. Acompañándonos en nuestros cambios, acoplándonos a nuestras nuevas vidas, llorando, riéndonos de “tonteras” como en la secundaria; y no por ser 14 de febrero -afortunadamente ahí estamos siempre y procuramos nuestro “amor”-, sino porque, al fin mujeres, buscamos cualquier pretexto para «echar el chal«.
También agarraré de pretexto esta fecha para consentirme y darme amor jajajaja, sí, ¿por qué no? un autoapapacho, pues.
¿Con qué? Con lo que me gusta, con lo que me hace sentir bien. ¿Qué tal un masaje, un helado, una peli, un nuevo corte de cabello, cocinar mi platillo preferido, podar mis plantas?
Sí, ya sé, soy una ñoña, pero esas cosas me hacen feliz. Esto debiera ser todos los días, mucho amor y amistad para nosotras mismas.
¡No es egoísmo, es puro amor! Sí, lo acepto.