Hablar de adolescencia es hablar de muchas formas de ser ya que cada adolescente es diferente. El factor común es el profundo y constante cambio en todos los ámbitos de la vida y por lo tanto la aparición de conductas que pueden llegar a desconcertar, por ejemplo: ser desafiante y agresivo repentinamente, perder la noción del tiempo, buscar la cercanía con los padres y al mismo tiempo rechazarla, buscar ser comprendido pero no poder comprender a los demás, cambiar fácilmente de estado de ánimo, preferir a los amigos, etcétera. Estas y otras actitudes son parte de esta etapa pero cada quien las manifestará a su modo y con diferente intensidad de acuerdo a su historia de vida.

Muchos comportamientos son parte de la experimentación, son pasajeros e incluso necesarios, sin embargo, cuando aparecen conductas que lastiman y que son constantes, hay que saber que son un foco rojo necesario de atender.

Este proceso también lo padecen los padres, ya que la transformación no sólo atañe al cuerpo y a la mente del joven adolescente, sino a su familia y a su entorno. El mundo adulto no sólo tiene que aceptar la pérdida del niño que se convierte poco a poco, sino que tiene que abrirle un espacio en la sociedad. Todo esto requiere de muchos años que a veces parecen no tener fin, y menos en una sociedad en la que la adolescencia se prolonga por cuestiones psicológicas, familiares, sociales y económicas. Sean muchos o pocos años, finalmente se trata de ayudar y acompañar al joven a crecer y a encontrar su lugar en el mundo adulto.

¿Por qué es tan difícil?

Porque está llena de pérdidas, se pierde el cuerpo de niño, se pierde la relación que se tenía con los padres, se pierde la forma de pensar, los ideales, los valores, etcétera. Hay un total cuestionamiento de lo que uno es y quiere ser, los padres también lo sufren porque ven a sus niños crecer, ya no necesitarlos tanto, preferir a otras personas, además, son cuestionados en su saber y en sus normas, ya no son los padres todopoderosos de la infancia. Todo esto es la adolescencia y hay que saber que así como es dolorosa también es muy gratificante ya que da paso a algo nuevo y vital, por ejemplo: aparecen las primeras experiencias amorosas, los proyectos grupales, los grandes amigos, los ideales, etcétera.

Como adultos y padres, hay que saber que la adolescencia es el proceso necesario para poder asimilar todas las pérdidas y encontrar una nueva forma de ser, este periodo no es eterno pero requiere de mucha paciencia. ¿Qué necesita un adolescente? que no lo dejen solo y esto implica comprenderlo y escucharlo, pero también hacerle saber cuáles son los límites.