Aunque existe una amplia variedad de definiciones de lo que es un conflicto tomaré la de Michael Nicholson, periodista inglés que dijo: “El conflicto es la escalada de un desacuerdo, lo que es un pre-requisito común, y se caracteriza por la existencia de una conducta en la que las personas están activamente tratando de dañarse mutuamente” [1].
Ya que los conflictos en las relaciones son inevitables, aprender a lidiar con ellos de una manera saludable es crucial. Cuando un conflicto no es bien manejado, puede lastimar la relación. Pero cuando es manejado de una forma respetuosa y positiva, el conflicto provee una oportunidad para que los implicados crezcan y la relación mejore. ¿Qué ha sucedido entonces en el proceso de las campañas electorales de nuestro país y en nuestro mundo con tanta inseguridad?Considerando las campañas electorales es realmente curioso que los 3 candidatos principales tengan diagnósticos muy parecidos de “la gravísima enfermedad que sufre nuestro país” y esto llena uno de los fundamentos esenciales para la resolución pacífica de un conflicto, que es reconocer las necesidades que lo hicieron surgir. Lo que sucede es que difieren en la medicina y el tratamiento que ha de curarla, entonces el conflicto se convierte en algo personal que comenzó en lo colectivo y además se torna en una diferencia surgida de una convergencia. Esto es completamente paradójico.
Así las cosas, los seguidores de cada candidato y me refiero no solamente a los miembros de un partido sino a las personas que comparten las soluciones ofrecidas por ellos, comenzarán a buscar la manera de desacreditar a los otros candidatos no nada más por lo que han hecho o dejado de hacer, sino que los cuestionamientos y agresiones llegan al terreno de lo personal sin darse cuenta de que lo que tanto critican es lo que practican.
Esta conducta es un factor que va en contra de la resolución de conflictos que
recomienda:
- Controla tus emociones para que puedas expresar lo que quieres sin amenazar, asustar o castigar a los otros.
- Ten conciencia y respeto por la persona y por las diferencias. Al evitar palabras y actos irrespetuosos podrás resolver el conflicto más rápido.
- Evita la burla hacia el otro.
Es importante señalar que los seres humanos nos podemos infectar si no estamos muy conscientes de lo que flota en el medio ambiente y si lo que actualmente hay es uno lleno de violencia, intolerancia e inseguridad es muy fácil contagiarse. El peligro es comenzar a justificar los actos de violencia e intolerancia que cometemos diariamente y en las cosas más sencillas de la vida.
Cuando estamos rodeados de tanta violencia y aparentamos que no está sucediendo nada y la vida continúa en una especie de falsa normalidad, esta actitud puede dar la impresión de que nos estamos acostumbrando pero lo que sucede, en mi opinión, es que la mezcla de violencia e impunidad tiene como resultado un estado de indefensión que nos lleva a tomar la actitud de un animalito ante un gran depredador y no es otra cosa que “hacerse el muerto”. Tenemos la esperanza de que si no llamamos la atención y nos volvemos invisibles aumenten las posibilidades de sobrevivir.
Como seres humanos ninguno de los candidatos puede escapar de la infección a menos que tome consciencia o viva en la ilusión de creer que los conflictos se resuelven por:
- No reconocer y no responder a los asuntos de gran importancia para los otros.
- Tener reacciones explosivas, iracundas, hirientes y resentidas.
- La evitación de conflictos.
Las 3 conductas anteriores se consideran respuestas no saludables para la resolución de un conflicto.
Para resolver un conflicto es necesario:
- Hacer que la relación sea tu prioridad y evitar el argumento ganador. Respeta a la otra persona y su punto de vista.
- Concéntrate en el presente. Si abrazas viejas heridas o resentimientos, tu habilidad para ver la realidad de la situación presente no será adecuada.
- Escoge tus batallas. Es muy importante considerar qué asuntos valen la pena y cuáles no.
- Tienes que estar dispuesto a perdonar.
- Tienes que saber cuándo conviene más dejar ir las cosas. Si no puedes acordar algo con el otro, al menos ponte de acuerdo en que están en desacuerdo y tal vez más adelante encuentren una solución.
- No acuses ni juzgues, pero habla de lo que sientes [2].
“Donde reina el amor no hay ansias de poder; y donde las ansias de poder son supremas, no hay amor. Uno es la sombra del otro. El hombre que adopta el punto de vista del amor, encuentra su opuesto compensatorio en las ansias de poder, y el amor es el opuesto compensatorio del hombre que da énfasis al poder” [3]. En otras palabras, el amor y el ansia por tener poder no pueden coexistir en un individuo[.]
[referencias]