La epidemia de COVID-19 aumenta la injusticia y la desigualdad dondequiera que golpea. Los progresos logrados con tan arduos esfuerzos para mujeres, recién nacidos y jóvenes se ven amenazados en todos los países y comunidades afectados por el virus, señalan el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela; la presidenta de la República de Estonia Kersti Kaljulaid; la presidenta del Consejo de la ASMRN y exprimera ministra de Nueva Zelandia, Helen Clark, y la fundadora de Graça Machel Trust, Graça Machel, en una carta abierta publicada este 27 de mayo en el sitio Thompson Reuters.
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Los autores refieren que, de acuerdo con la evidencia científica, COVID-19 tiene un efecto amplificador de la desigualdad. Por consiguiente, tenemos el deber claro de proteger a las personas más vulnerables y desfavorecidas y de abordar las causas profundas de la desigualdad, por lo que es necesario actuar de inmediato.
En el documento, las y los autores, procedentes de 4 continentes, hablan con una sola voz en torno a lo que la comunidad mundial debe hacer de forma diferente esta vez.
En primer lugar, señalan, necesitamos políticas y presupuestos nacionales que protejan los derechos humanos y promuevan la inclusión, la equidad y la justicia, tanto durante esta pandemia como en etapas posteriores. Ello debe incluir estrategias para la prevención de la violencia de género, el maltrato de los niños y niñas y el maltrato del personal sanitario. Puesto que estos delitos a menudo se ocultan, se debe alentar a las personas a compartir sus experiencias, las voces y el liderazgo de las mujeres, así como el reconocimiento de las necesidades de las niñas y los niños.
En segundo lugar, hay que centrarse en fortalecer los sistemas de salud, en particular la inmunización y la atención primaria en salud, a fin de garantizar la cobertura sanitaria universal, además de extender la infraestructura sanitaria a las zonas rurales y desatendidas y ampliar gradualmente la cobertura sanitaria universal.
Las mujeres y las familias, especialmente en las comunidades desfavorecidas, necesitan apoyo para continuar utilizando los servicios de salud esenciales, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva. Esto implica hacer las cosas de forma diferente, como trasladar temporalmente los servicios de maternidad a otro lugar, tal vez a hoteles que ahora se encuentren vacíos.
En tercer lugar, destinar nuestro dinero a soluciones que se centren en las alianzas de colaboración. Para poner fin a esta pandemia sin aumentar desastrosamente la desigualdad, necesitamos que muchos interesados diferentes colaboren:
- sociedad civil
- empresas
- profesionales sanitarios
- donantes
- ciudadanos comprometidos
Queremos alianzas de colaboración entre varios interesados que permitan a mujeres, niñas, niños, las y los adolescentes participar en la toma de decisiones que afectan profundamente su salud y bienestar.
Por ello, los autores apoyan el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19, un compromiso sin precedentes asumido por dirigentes mundiales para colaborar, desarrollar y fabricar vacunas, pruebas y tratamientos, y ponerlos a disposición de todo el mundo, en todas partes, a un precio asequible.
La OMS puso el proyecto en marcha el 24 de abril de 2020 y una iniciativa para recaudar fondos dirigida por la UE alcanzó su objetivo inicial de 7,500 millones de euros en tan solo 2 días. El proyecto del acelerador fue concebido a raíz de una carta abierta dirigida a los gobiernos del G20 – firmada por 214 dirigentes mundiales, economistas y expertos en salud – en la que se pedía urgentemente liderazgo y solidaridad coordinados a nivel mundial.
Un precedente esperanzador: cooperación mundial en tiempos de paz
Concluyen que, mientras la epidemia por COVID-19 persista en algún país, el virus reaparecerá y prolongará esta crisis económica y sanitaria. Por lo tanto, aunque la pandemia aumenta la desigualdad, también nos aboca a la solidaridad y nos brinda la oportunidad de reestructurar nuestros sistemas de salud y de no dejar a nadie atrás.
Contamos con las herramientas necesarias para colaborar de forma eficaz y resolver problemas mundiales: un enfoque en el que participen todas las instancias gubernamentales, con alianzas de múltiples partes interesadas. Las hemos perfeccionado en nuestra labor en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Utilicémoslas ahora.