Todas en algún momento hemos reflexionado acerca del papel que juega la educación en nuestra sociedad. Existen debates que confirman que uno de los pilares más fuertes para el crecimiento individual y cultural es ser educado.
Una de las bases para la educación es la disciplina, porque con ella nos responsabilizamos para alcanzar metas y seguir creciendo con mayores conocimientos, que tarde o temprano, nos hacen valer más al buscar oportunidades laborales y personales.
Hablar de la educación en el ámbito médico, hoy en día adquiere una gran relevancia, porque vivimos rodeados de infinidad de enfermedades que necesitan avances rápidos en cuanto a investigaciones, tratamientos y fármacos para su óptima curación. Estamos en la era de las enfermedades crónicas, degenerativas, contagiosas y no contagiosas, entre otras.
Fomentar la participación y educación de estudiantes en medicina hace más importante y gustoso el papel que juegan los estudiantes para convertirse en futuros médicos que brinden consultas generales y especializadas a toda la población, que al cabo de unos años, envejecerá de manera drástica y se incrementará.
Estos esfuerzos no solamente son impulsados por profesores, sino también por padres de familia, e instituciones públicas y privadas, además de las mismas universidades para que los alumnos formen principios y bases médicas de calidad, se preparen para el mañana y den la atención que todos los mexicanos necesitamos cuidar en la salud.
En esta semana, se realizó la premiación a 65 alumnos de excelencia académica en el ámbito de la medicina, provenientes de universidades de toda la República Mexicana, en la cual estuvieron presentes miembros destacados de la Academia Nacional de Medicina (ANM), la Asociación Mexicana de Facultades y escuelas de Medicina (AMFEM), Secretaría de Salud y Pfizer México.
Este tipo de reconocimientos sirven para impulsar y fomentar la vocación por la medicina de las y los jóvenes en el país; sobre todo para formarse como ejemplo del desarrollo actual de la ciencia, del que serán desde ahora partícipes de grandes logros.
Desde hace ya varios años vivimos con problemas de salud no sólo graves, sino fuertemente arraigados al estilo de vida que llevamos en México, a la desigualdad de oportunidades, el desempleo, y las diferencias de género.
Este tipo de reconocimientos servirá (en alguna medida) para impulsar y reafirmar la vocación por la medicina de los jóvenes en el país, para que continúen y sean el ejemplo de otros jóvenes; además de que se adquiera la capacidad de fomentar el estudio, la enseñanza y la investigación; para que en el futuro cercano, los conocimientos adquiridos en las aulas se ven reflejados en un gran y mayor beneficio en la salud del país.