Infantes que tienen un papá y una mamá afectados por la misma manifestación clínica de alergia, tienen un riesgo de entre 60 y 80% de también presentarla, por lo que el estudio de los antecedentes familiares resulta de suma importancia en el diagnóstico y tratamiento de las alergias alimentarias [1].
Erupciones en la piel, comezón, náuseas, vómito y diarrea son algunos de los síntomas asociados a este padecimiento, cuya prevalencia ha registrado un incremento considerable en los últimos años, donde se calcula que ya afecta a entre 4 y 8% de niñas y niños en el mundo.Aunque en teoría cualquier cosa que comamos podría provocar una reacción adversa, se tienen identificados 8 alimentos que son responsables de más del 90% de los casos de alergia alimentaria. Estos son:
- leche
- huevo
- soya
- trigo
- cacahuate
- nueces
- pescados
- mariscos
En el caso de los menores de un año, la leche de vaca es el que se refiere con mayor frecuencia.
“Anteriormente se pensaba que estos alimentos se debían evitar a fin de disminuir el riesgo de alergia alimentaria, incluso durante el embarazo y la lactancia. Lo cierto es que esta medida no sólo no reduce dicho riesgo, sino que además puede tener efectos negativos en la nutrición tanto de la madre como del bebé”, advierte la Dra. Sydney Greenawalt, médica pediatra con maestría en nutrición clínica.
De ahí surge la importancia de que tanto el diagnóstico como el tratamiento de la alergia alimentaria sean los adecuados. Sobre todo en el caso de los bebés, donde restricciones equivocadas en la dieta pueden afectar su crecimiento y desarrollo.
“Con la debida orientación del pediatra, mamás y papás podrán identificar con mayor certeza los alimentos que puedan provocar alguna reacción adversa en sus hijos, así como la mejor manera de administrar su consumo, a fin de controlarlos en su dieta, sustituirlos o, en su caso, eliminarlos”, detalla la especialista.
En este proceso, conviene que los profesionales de la salud y los padres sepan que existen productos nutricionales especializados —como los del portafolio Nutricia— que complementan el abordaje de este padecimiento, por ser alterantivas que, con el respaldo de años de investigación científica, ayudan al manejo alimentario de bebés, niñas y niños con alergia a la proteína de leche de vaca y otras alergias alimentarias[.]
[referencias]