En el marco de la presentación de los resultados de años de investigación sobre la pérdida auditiva en niños y los efectos que esto tiene en su desarrollo mental y social, médicos especialistas en pérdida auditiva se reunieron en la Ciudad de México para conocer más sobre las formas de atender este padecimiento.
“Prácticamente desde que nacemos, empezamos a oír y a interpretar los sonidos en el cerebro”, comenta el Dr. Donald J. Schum, Vicepresidente de Audiología y Relaciones Profesionales de Oticon. Firma con más de un siglo de experiencia desarrollando soluciones para la pérdida auditiva. “Hemos cambiado el enfoque de la atención a los niños con pérdida auditiva para que ellos puedan tener un desarrollo mucho más normal, tanto cognitivamente como socialmente”.De acuerdo con el especialista, no basta con sólo amplificar el sonido a través de un audífono para que un niño pueda oír, sino que requiere de un proceso más elaborado en el que participan la tecnología, sus familiares y maestros para integrar al niño a su entorno familiar y social, permitiéndoles un desarrollo mental, también conocido como desarrollo cognitivo, lo más apegado a la normalidad posible.
“Uno de los grandes aprendizajes que hemos descubierto fue que los niños requieren escuchar constantemente todo el ruido de su entorno para aprender lo que cada uno significa, y así poder distinguir la voz de sus padres de un ladrido, o el motor de un coche del timbre de su casa”, señala la doctora en Audiología Ana María del Rello. “Un sonido con la mayor información posible es fundamental para su desarrollo, y mientras más temprano cuenta un niño con este apoyo es mucho mejor su desempeño cognitivo”.
Los especialistas destacan que la mayoría de los equipos auxiliares para audición disponibles para el mercado no están diseñados para ser utilizados por niños, dado que estos se centran en frecuencias que son más fácilmente reconocidas por adultos mayores, además de que los equipos son muy frágiles y difícilmente se adaptan al entorno en el que se desenvuelve un niño de tres meses o doce años.
A su vez, los especialistas enfatizaron que la familia y el círculo más cercano al niño juegan un papel fundamental en su desarrollo, pues es muy frecuente que los padres no cuenten con suficiente información sobre cómo deben tratar a sus hijos con pérdida auditiva y cómo deben de pedir el apoyo de maestros, amigos y familiares para que el niño tenga una infancia lo más normal posible, evitando tratarlo de forma distinta a otros niños de su edad.
“Un error fundamental es conectarle un aparato a un niño y esperar que entienda inmediatamente lo que le dicen sus papás”, señala el Dr. Schum. “Otro error que vemos frecuentemente es que tanto los padres como los maestros solamente le brindan el equipo al niño cuando quieren hablar con él, mientras el resto del día el niño se pierde de innumerables estímulos que son fundamentales para su desarrollo”.
“Los niños que padecen de pérdida auditiva tienen la misma capacidad que cualquier otro niño para desarrollarse y desenvolverse de forma normal con los cuidados adecuados, la participación de los padres y el seguir unas medidas básicas para orientar a sus maestros y amigos sobre su condición, para evitar ser discriminado o tratado de forma distinta”, concluye la Dra. Del Rello.
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