El pasado 18 de junio se presentaron los resultados del estudio KIDEA “Entendimiento de la percepción infantil del trabajo y conocimiento financiero”, en donde niñas y niños de Emiratos Árabes Unidos, México, India, Malasia y Singapur de entre los 7 y 12 años, participaron en el congreZo de KidZania y compartieron sus opiniones sobre el mundo del trabajo, así como el uso y valor del dinero.
Según el Banco Mundial y la Organización Mundial del Trabajo, la fuerza laboral mundial en 2018 estaba compuesta por 3.500 billones de personas y se prevé que disminuya en el futuro. Además, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, afirma que la cantidad de decisiones financieras que tendrán que tomar las personas está aumentando como consecuencia de los cambios en el mercado y la economía. (OCDE, 2014).Este escenario tiene varias implicaciones para la próxima generación:
- ¿Están los niños preparados para esta realidad?
- ¿Qué piensan los infantes sobre el trabajo?
- ¿Entienden el valor del dinero y el conocimiento financiero?
- Emiratos Árabes Unidos (Dubái)
- México (Ciudad de México y Monterrey)
- India (Mumbai y Delhi)
- Malasia (Kuala Lumpur)
- y Singapur (Singapur)
Esta edición de CongreZZ se centró en aprender sobre la comprensión general de niñas y niños sobre el conocimiento financiero y el mundo del trabajo. El primer hallazgo clave fue que tienen una noción clara de lo que significa el dinero. Niñas y niños son plenamente conscientes del valor del dinero y su papel como parte de una sociedad. Sin embargo, su primer acercamiento al dinero es práctico, para ellos el dinero se convierte en dinero cuando alguien lo usa/gasta.
La forma en que las niñas y los niños en diferentes países establecen su relación con el dinero se define principalmente por su edad y etapa de vida. A medida que crecen, el dinero deja de ser percibido como una abstracción y se convierte en algo tangible. Las niñas y niños de 9 a 12 años comienzan a notar la importancia y la necesidad de dinero en sus vidas, así como el papel que desempeña en la dinámica social y las preocupaciones o el estrés que pueden estar relacionados con él.A pesar de que su percepción sobre el dinero evoluciona, a veces aún les resulta difícil definir la diferencia entre barato y caro. Su escala de percepción del valor está determinada por el tiempo, es decir, cuanto más tiempo se tarda en acumular una cantidad de dinero para comprar algo, más caro es el producto.
Las niñas y niños disfrutan de los beneficios de tener y usar dinero, sin embargo, también sufren el estrés de los adultos relacionado con tener problemas financieros, de manera indirecta. También, se observó que los padres son percibidos como la fuente de información más confiable cuando se trata de hablar de dinero. Además, cuando madres y padres tienen un enfoque más abierto hacia las finanzas y el dinero, fomentan actitudes positivas en sus hijos, como la seguridad, la apertura y la confianza.También son conscientes de las responsabilidades que implica la edad adulta. Saben que a medida que una persona envejece, sus gastos y obligaciones aumentan; esta es una razón por la que están agradecidos de ser jóvenes. Estos roles son bastante claros para los niños, los cuales, se perciben a sí mismos como gastadores y a los adultos, como proveedores.
Estas responsabilidades también están relacionadas con la idea de trabajo de las niñas y los niños. Para ellos, el trabajo es una actividad estrictamente transaccional, una percepción aprendida de los adultos en el hogar y en otros contextos. Esto determina no solo su interacción, sino también sus aspiraciones, sueños y deseos sobre el trabajo y la compensación que deben/desean obtener.
Las niñas y niños admiten que el estatus socioeconómico es el resultado de diferentes factores como el trabajo, el salario, los estudios, el esfuerzo y el ahorro. Sin embargo, se percibió una variante hacia ciertas actividades profesionales entre los niños. Parece que asignan un mayor valor a las profesiones que a los oficios, la actitud aprendida desde el hogar y los medios de comunicación.También son conscientes que el trabajo será su principal fuente de ingresos una vez que crezcan, por lo que incluso ahora están empezando a planificar su futuro como trabajadores, centrándose en sus expectativas salariales.
Solo 1 de cada 3 infante ha pensado en tener el mismo trabajo que sus padres; el resto planea seguir un camino diferente o preferiría no pensar en eso todavía. En México, este número se reduce a 1 de cada 10 niños.
En muchos casos, niñas y niños mencionaron actividades de gusto relacionadas con sus intereses que les permiten hacer algo divertido y diferente, ya que creen que la pasión y el compromiso, asegurarán su futuro éxito. Las niñas y niños creen que cuanto más interesados o apasionados estén por un trabajo, mayores serán las posibilidades de tener éxito y recibir una mayor compensación económica.
En general, los niños (generación Z) se enfrentan a su realidad financiera. Tienen una noción clara del mundo del trabajo, qué significa el dinero, su valor y su implicación social. Sin embargo, perciben el mundo financiero como una construcción social compleja. No obstante, se detectó que niñas y niños que están en contacto con el dinero tienen una mentalidad más “controlada” en términos financieros.El manejo del dinero les ayuda a desarrollar actitudes como:
- Reconocer el valor de ganar “su dinero” trabajando
- Tener una idea más clara de qué hacer con el dinero que poseen
- Tratan de hacer “mejores compras-gastos“
- Evitar hacer gastos excesivos
- Expresar una mayor seguridad y confianza al hablar de sus ahorros
Además, se identificó que este fenómeno también podría reforzarse cuando los niños interactúan con una representación del dinero, como en el caso de kidZos en KidZania. La confianza adquirida al controlar sus ganancias hace que niñas y estén más familiarizados con la administración, la abstracción y la planificación que pueden traducir a su experiencia en el mundo real.
Los entornos formales, como las escuelas y los informales, como KidZania, pueden ayudar a la educación financiera de niñas y niños, acercándolos a comprender mejor cada etapa del trabajo, desde su desempeño hasta el pago; verlo como un proceso en lugar de como eventos aislados, fortalece el valor del trabajo y la importancia de desarrollar hábitos financieros responsables[.]