Se estima que más de un millón de mujeres en las Américas sufren eventos maternos que ponen en riesgo sus vidas, por ello en el marco del Día Internacional de Acción para la Salud de la Mujer (28 de mayo), la OPS/OMS urge a los países a enfocarse en estas “casi muertes” para comprender mejor sus causas y prevenir más efectivamente estos eventos.
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Cada año, alrededor de 10 millones de mujeres a nivel global y un millón en las Américas quedan con una secuela o discapacidad grave producida por una complicación durante el embarazo y el parto, según estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
«Los países de las Américas están trabajando para reducir la mortalidad materna, pero comprender las causas de la morbilidad materna grave también es importante y podría evitar sufrimientos y discapacidad a decenas de miles de mujeres en nuestra región«, sostuvo Suzanne Serruya, directora del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR), de la OPS/OMS, ubicado en Montevideo, Uruguay.
Por cada mujer que muere por complicaciones en el embarazo y el parto en las Américas, la OPS/OMS estima que otras 20 –alrededor de 1.2 millones cada año- sufren una complicación que puede costarles la vida. Un estudio mundial de la OMS, «Más allá de las intervenciones esenciales para la reducción de la mortalidad materna«, mostró que el número de mujeres con morbilidad grave -enfermedad- varía entre los diferentes hospitales de América, del 3 a 38 casos por cada muerte materna. En algunos hospitales, la tasa es casi el doble del promedio mundial de 20 casos de enfermedad grave por cada muerte materna.
El CLAP ha diseñado un nuevo modelo de registro -basado en variables definidas por la OMS– en 23 instituciones de 12 países de América Latina, que permite a los profesionales de la salud tener una hoja de ruta que los guíe en la atención de las mujeres embarazadas, con la finalidad de anticipar y evitar la aparición de estos casos.
En caso de aparecer complicaciones, ofrece instrucciones sobre cómo registrarlas con el objetivo de medir la magnitud exacta de los casos y generar conciencia entre los profesionales de salud, la comunidad científica, las universidades y, en especial, las mujeres gestantes y sus familias. Esta herramienta ha demostrado ser de gran utilidad en la identificación, registro y suministro de información para analizar los casos de “casi muerte” (“near miss”, en inglés) y la calidad de la atención prestada.
El estudio de la morbilidad materna grave es factible de realización porque el número de casos es reducido, a pesar de ser más frecuentes que las muertes maternas. Los casos de morbilidad materna pasan por las instituciones de salud.
Los profesionales están más anuentes a analizar procesos con finales positivos y además está la propia mujer que sobrevive y es una testigo calificada para narrar lo acontecido y generar experiencias que eviten la repetición de estos eventos.
En 2011, los ministros de Salud de las Américas daban un paso adelante en este sentido al aprobar un plan para acelerar la reducción de la mortalidad materna, pero también de la morbilidad materna grave. Sin embargo, no todos los Estados Miembros de la OPS/OMS analizan regularmente y en profundidad este tema.