Los quistes ováricos a menudo son difíciles de detectar sin un examen médico exhaustivo, pero existen signos y síntomas que pueden ayudar a su detección temprana, previniendo así un posible desarrollo de cáncer de ovarios, especialmente en las mujeres con antecedentes familiares de este padecimiento.
La gran mayoría de los quistes ováricos son inofensivos, aunque no todos son iguales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, tan sólo en México el cáncer de ovarios ocupa el tercer lugar en cánceres ginecológicos y es el séptimo cáncer más fuerte entre las mujeres a nivel mundial, siendo más letal que el cáncer de mama o cervicouterino. Esto se debe a que los ovarios se ubican dentro de la cavidad pélvica lo cual complica más su detección temprana.
De acuerdo con información de Cleveland Clinic Florida, el cáncer de ovario en sus etapas avanzadas puede afectar otros órganos, como la vejiga o el útero. «Las mujeres que tienen ciertas afecciones genéticas como BRCA1, BRCA2, síndrome de Lynch o antecedentes familiares deben tomar precauciones, ya que tienen un mayor riesgo de que los quistes se vuelvan cancerosos«, explica la doctora Francoise Veneroni, médica obstetra-ginecóloga de Cleveland Clinic Florida. «Si bien el cáncer de ovario es raro, existe la posibilidad de que un quiste se vuelva maligno, en la mayoría de los casos este riesgo es de 1 a un 2 por ciento«, apunta.
Los quistes ováricos benignos o malignos generalmente son asintomáticos, y a menudo son lo suficientemente pequeños como para que la mayoría de las mujeres ni siquiera se den cuenta de que tienen uno. Muchos quistes se diagnostican durante los exámenes anuales o las pruebas de imagen que se realizan por razones no relacionadas, e incluso en un estado agrandado pueden pasar inadvertidos.
Los síntomas más comunes son presión en la zona pélvica o en la abdominal inferior. El dolor agudo también puede ocurrir por torsión ovárica, hemorragia en el quiste y por ruptura del quiste con o sin hemorragia intraabdominal. También se han reportado otros síntomas como la urgencia o frecuencia urinaria, distensión abdominal o hinchazón, dificultad para comer o saciedad temprana, dolor en las relaciones sexuales y períodos dolorosos, entre otros.
Existen una diversidad de quistes como por ejemplo: Los funcionales, el tipo de quiste más común debido a que están vinculados al ciclo menstrual y a la ovulación. De vez en cuando, un quiste funcional puede llenarse de sangre, haciendo que se hinche y cause dolor, pero generalmente no causan molestias y desaparecen por sí solos en el transcurso de unos pocos meses. A veces, las mujeres nacen con quistes dermoides, o teratomas, un tipo de quiste que puede estar lleno de todo tipo de cosas que el cuerpo desarrolla, como cabello, dientes e incluso tejido cerebral.
El síndrome de ovario poliquístico, una patología no relacionada con otras afecciones de quistes ováricos, consiste en múltiples quistes menores a 1 cm en ambos ovarios que aparecen en un ultrasonido. Otros tipos de quistes incluyen los cistadenomas, que comienzan a crecer como lunares, pero pueden crecer bastante y, de ser así, deben eliminarse para asegurarse de que no sean cancerosos. Los endometriomas se desarrollan a partir de la endometriosis (una afección en la cual las células uterinas crecen fuera del útero) y pueden ser muy sensibles y dolorosos.
Tener conocimiento de esto también puede ser útil para las mujeres que sientan síntomas repentinos, especialmente si nunca antes los han experimentado, comenta la doctora Veneroni, “Si una mujer experimenta varios síntomas al mismo tiempo, es importante consultar a un médico. Si se encuentra un quiste ovárico, un ultrasonido pélvico ayuda a ver qué está sucediendo y, según el caso individual, se presentarán opciones de tratamiento” concluyó la especialista.
En 2018, se estima que la carga mundial de cáncer aumentó a 18.1 millones de casos nuevos y 9.6 millones de muertes, según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud o IARC (por si siglas en inglés). Los resultados en la base de datos GLOBOCAN 2018 muestran que una de cada seis mujeres en todo el mundo desarrolla cáncer durante su vida, y una de cada 11 mujeres muere a causa de la enfermedad. A nivel mundial, el número total de personas vivas dentro de los cinco años de un diagnóstico de cáncer, llamado prevalencia de cinco años, se estima en 43.8 millones.