“Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado en absoluto“, expone Alfred Lord Tennyson al final de su poema “In Memoriam A. H. H.” [2] y para determinar la veracidad de esta frase investigadores de la Universidad Estatal de Michigan realizaron uno de los primeros estudios de este tipo para cuantificar la felicidad de las personas casadas, divorciadas y solteras al final de sus vidas para descubrir el papel que jugaron el amor y matrimonio en su bienestar general.
El estudio, “Loved and lost or never loved at all? Lifelong marital histories and their links with subjective well-being” [1] (¿Haber amado y perdido o nunca amado? Historias matrimoniales de por vida y sus relación con el bienestar subjetivo) publicado en el Journal of Positive Psychology, examinó los historiales de relación de 7,532 personas de entre 18 y 60 años para determinar quién informó ser más feliz al final de sus vidas.
“Las personas a menudo piensan que necesitan estar casadas para ser felices, así que hicimos las preguntas: ‘¿Las personas necesitan estar en una relación para ser felices?; ¿Vivir soltero toda su vida se traduce en infelicidad?; ¿Y si estuviera casado pero en algún momento no funcionó?‘”, explicó William Chopik, profesor asistente de psicología de Michigan State University (MSU) y coautor del artículo. Agrega que “resulta que apostar tu felicidad por estar casado no es una apuesta segura“.
Chopik y Mariah Purol, estudiante de maestría en psicología en de MSU y coautora, descubrieron que los participantes se dividían en 1 de 3 grupos:
- 79% estaban casados de manera constante y pasaban la mayor parte de sus vidas en un matrimonio
- 8% eran solteros o personas que pasaban la mayor parte de su vida solteras
- 13% tenía historias variadas, o una historia de entrar y salir de relaciones, divorciarse, volverse a casar o enviudar
Posteriormente, los investigadores pidieron a los participantes que calificaran la felicidad en general cuando eran adultos mayores y la compararon con el grupo en el que se encontraban.
“Nos sorprendió descubrir que los solteros de toda la vida y los que tenían historias de relación variadas no diferían en lo felices que eran“, dijo Purol. “Esto sugiere que aquellos que han ‘amado y perdido’ son tan felices hacia el final de la vida como aquellos que ‘nunca han amado en absoluto’“.
Mientras que las personas casadas mostraron un ligero aumento en la felicidad, Purol comentó que el margen no era sustancial, ni lo que muchos pueden esperar. Al respecto a lo felices que eran los grupos respondieron:
- Personas casadas de manera constante con un 4 de 5
- Personas solteras respondieron con una calificación de 3.82
- Aquellos con una historia variada respondieron un 3.7
“Cuando se trata de la felicidad, si alguien tiene una relación o no, en rara ocasión es resulta ser toda la historia“, dijo Chopik. “La gente ciertamente puede estar en relaciones infelices, y las personas solteras disfrutan de todo tipo de otras partes de sus vidas, como sus amistades, pasatiempos y trabajo. En retrospectiva, si el objetivo es encontrar la felicidad, parece un poco tonto que las personas pongan tanto valor en relacionarse“.
La investigación de Chopik y Purol expone que si alguien anhela una pareja de por vida para comenzar una familia y construir una vida feliz juntos, si desde un inicio esa persona no está completamente feliz, casarse probablemente no lo cambie drásticamente.
“Parece ser que es menos respecto al matrimonio y más sobre la mentalidad“, dijo Purol. “Si puedes encontrar la felicidad y la satisfacción como una persona soltera, es probable que te aferres a esa felicidad, ya sea que tengas un anillo en el dedo o no“[.]