No temas a los cambios de tu cuerpo ante la llegada de la menopausia, esta nueva etapa puede ser transitada de una manera gozosa y saludable.
Ayuda a tu organismo a prepararse con buenos hábitos de ejercicio, rutinas de relajación y una buena alimentación que puede incluir colágeno hidrolizado.
Para muchas mujeres llegar a la menopausia puede resultar una amenaza por la gran cantidad de cambios físicos y emocionales que se llevan a cabo en el periodo. Sin embargo, no hay por qué pasarla mal si hay muchos de los síntomas que se pueden disminuir y afecciones que se pueden prevenir.
Los 50
Sin duda, acercarse a la quinta década de la vida nos confronta con un montón de ideas y creencias sobre nosotras mismas y sobre lo que la sociedad espera de nosotras.
¿Qué pasa si respiras profundo y te tomas un tiempo para platicar con tu médico ginecólogo o especialistas para que te asesore en cómo transitar el climaterio (etapa previa a la menopausia) y el periodo de amenorrea (cese total de la actividad folicular ovárica, es decir, ya no menstruarás)? ¿Si te reúnes con tus amigas a platicar sobre el tema y practican juntas sesiones de relajación o de ejercicio metabólico? Probablemente encuentres que cada una pasa por distintos cambios y que todas están buscando espacios en donde sentirse libres de hablar de cómo se sienten.
Según estudios reportados por la Academia Nacional de Medicina[1], en México, los 48 años es el promedio de edad en el que las mujeres presentan el cese definitivo de la menstruación, es decir, la menopausia. Debido al aumento en la esperanza de vida de la población, y según proyecciones del INEGI, se esperan que para el 2035 una de cada 3 mujeres esté en la etapa de posmenopausia con una edad promedio de 83 años. Así que resulta de vital importancia la búsqueda de mecanismos que permitan a las mujeres prevenir enfermedades asociadas (osteoporosis, enfermedades cardiovasculares o Alzheimer).
Tu cuerpo se transforma porque tus hormonas cambian
Más allá de los típicos síntomas que hemos escuchado: bochornos, subida de peso y cambios en el estado de ánimo; es importante que sepas que tu cuerpo se transforma porque tus hormonas cambian y, como en la adolescencia o en el embarazo, todo tu organismo debe aprender a adaptarse a esta nueva faceta de tu vida. Y, como seguramente lo viviste, a ninguna de tus amigas le daban igualito que a ti sus ciclos menstruales, lo mismo pasará con la menopausia.
Aquí te presentamos algunos síntomas que pueden experimentarse, pero recuerda que siempre será importante que en tus revisiones ginecológicas anuales comentes con tu médico el tema, no importa si tienes 40 o ya estás cerca de los 48, ellos están para acompañarnos y llevarnos de la mano.
Una de las manifestaciones generales es la fatiga y puede ser que presentes manifestaciones:
Musculo—esqueléticas: dolor lumbar (lumbalgia), dolor articular (artralgia), o dolor muscular (mialgia).
Urogenitales: resequedad vaginal, infecciones o urgencias urinarias.
Dermatológicas y cutáneas: resequedad en la piel, exceso de vello, caída de cabello, arrugas por falta de fuerza en los tejidos.
Vasomotoras: bochornos, sudoración nocturna, cefalea, palpitaciones, somnolencia.
Psicológicas: depresión, ansiedad, irritabilidad, respuestas alteadas, disminución de libido o disminución de memoria.
¿Qué puedes hacer para prevenir complicaciones?
No importa si te faltan dos años, diez o ya estás en esta etapa, siempre es un buen momento para cambiar tus hábitos hacia una vida saludable,
- hacer ejercicio,
- buscar momentos de esparcimiento y de relajación,
- liberarte de relaciones tóxicas y buscar a tus buenas amigas.
Además de cuidar que tu alimentación sea nutritiva.
Incluye en tu rutina diaria momentos de hidratación, un cerebro hidratado es un cerebro que trabaja mejor.
Y en tu dieta busca
- aumentar la ingesta de calcio,
- consumir frutas y verduras que ofrezcan aportes de vitamina C y D;
- en algunos casos se recomienda incluir soja o linaza;
- aumentar el consumo de fibra y evitar a toda costa azúcares refinadas y el tabaco;
- además de limitar el consumo de sodio, de grasas saturadas, de alcohol y cafeína.
Considerando que la producción de colágeno se ve disminuida también en esta etapa, que esto es parte de las razones por las cuales se pierde la fuerza en huesos y tejidos, así como la lubricación de mucosas, puedes preguntar a tu médico la posibilidad de incluir colágeno hidrolizado en tu dieta diaria.
De entre las ventajas está la prevención de las manifestaciones arriba mencionadas, incluidas las psicológicas, porque el aporte de aminoácidos esenciales (los que no produce tu organismo y necesitas tomar de los alimentos) tiene efectos benéficos sobre el sistema nervioso central y ayuda al buen funcionamiento de tu cerebro.
Con información de Duché.