Un nuevo estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard informa que la contaminación del aire, especialmente la exposición a partículas finas -es decir, partículas suspendidas en el aire que tienen un diámetro aerodinámico igual o menor a 2.5 micrómetros (µm)-, ha sido relacionada con un mayor riesgo de desarrollar demencia. Este estudio, utilizó una nueva herramienta de evaluación de sesgos más potente, es el primero en incluir estudios basados en la verificación activa de casos y respalda la propuesta de fortalecer las regulaciones sobre las partículas finas.
En resumen
La contaminación del aire, especialmente la exposición a partículas finas ha sido relacionada con un mayor riesgo de demencia, según el estudio “Contaminación del aire ambiental y demencia clínica: revisión sistemática y metanálisis” realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard.
El estudio , utilizó una nueva herramienta de evaluación de sesgos, es el primero en incluir estudios basados en la verificación activa de casos y respalda la propuesta de fortalecer las regulaciones sobre las partículas finas por parte de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, Environmental Protection Agency).
Los investigadores encontraron evidencia consistente de asociación entre la exposición a PM2.5 y la demencia, incluso por debajo de los estándares actuales de la EPA. También se encontraron asociaciones con otros contaminantes del aire como dióxido de nitrógeno y óxido de nitrógeno, aunque los datos eran más limitados.
Aunque la relación estimada entre la contaminación del aire y la demencia es menor que otros factores de riesgo, debido a la alta cantidad de personas expuestas, las implicaciones para la salud pública podrían ser significativas. Los investigadores destacaron la importancia de identificar factores de riesgo modificables y abordar la exposición a la contaminación del aire a través de regulaciones y comportamientos personales.
Puntos a destacar
- Un metanálisis realizado por la Escuela Chan de Salud Pública de Harvard T.H. revela que la exposición a contaminantes atmosféricos de partículas finas (PM2.5) puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia.
- Este metanálisis es el primero en utilizar una nueva herramienta de evaluación de sesgos más potente llamada Riesgo de sesgo en estudios de exposición no aleatorios (ROBINS-E), lo cual brinda mayor detalle en la evaluación de estudios ambientales.
- Los hallazgos respaldan la importancia de fortalecer las regulaciones sobre PM2.5, propuesta que actualmente está bajo consideración de la Agencia de Protección Ambiental.
- El estudio también encontró evidencia de asociaciones entre la demencia y otros contaminantes del aire, como el óxido de nitrógeno y el dióxido de nitrógeno, aunque en menor medida y con datos más limitados.
- La exposición a PM2.5 y otros contaminantes del aire es modificable hasta cierto punto por comportamientos personales, pero es más importante a través de la regulación y políticas ambientales.
- Se estima que hasta el 40% de los casos de demencia en todo el mundo podrían estar relacionados con factores de riesgo potencialmente modificables, como la exposición a contaminantes del aire.
- La asociación estimada entre la contaminación del aire y el riesgo de demencia es menor que la de otros factores de riesgo como la educación y el tabaquismo, pero debido a la gran cantidad de personas expuestas a la contaminación del aire, las implicaciones para la salud a nivel de la población podrían ser sustanciales.
- Actualmente más de 57 millones de personas en todo el mundo viven con demencia, y se estima que este número aumentará a 153 millones para 2050.
- Los resultados de este estudio proporcionan datos que pueden ser usados por las agencias reguladoras y los médicos en términos de comprender la relación entre la contaminación del aire y la demencia, y respaldan la importancia de abordar este problema desde la salud pública.
La contaminación del aire y su impacto en la demencia
En el estudio “Contaminación del aire ambiental y demencia clínica: revisión sistemática y metanálisis”[1] se informa que se analizarón más de 2 mil estudios y encontró evidencia consistente de una asociación entre la exposición a PM2.5 y la demencia, incluso cuando la exposición anual estuvo por debajo del estándar actual de la EPA. Los investigadores también encontraron asociaciones entre la demencia y otros contaminantes del aire como el dióxido de nitrógeno y el óxido de nitrógeno, aunque los datos eran más limitados.
“Este es un gran paso para proporcionar datos que puede ser utilizados por las agencias reguladoras y los médicos en términos de dar sentido al estado de la literatura sobre este tema de salud de gran importancia. Los resultados pueden ser utilizados por organizaciones como la Agencia de Protección Ambiental -de los Estados Unidos-, que actualmente está considerando fortalecer los límites de exposición a PM2.5”, afirma el autor principal del estudio Marc Weisskopf, Profesor de Epidemiología y Fisiología Ambiental Cecil K. y Philip Drinker. “Nuestros hallazgos respaldan la importancia para la salud pública de tal medida”.
Contaminación atmosférica y demencia
Aunque la relación estimada entre la contaminación del aire y el riesgo de demencia es menor que otros factores de riesgo como la educación y el tabaquismo, debido a la alta cantidad de personas expuestas a la contaminación del aire, las implicaciones para la salud pública podrían ser significativas. Se estima que hasta el 40% de los casos de demencia podrían estar relacionados con factores de riesgo modificables como la exposición a contaminantes del aire.
La regulación de la contaminación del aire puede marcar la diferencia
Los investigadores destacaron la importancia de identificar factores de riesgo modificables para reducir la carga de la enfermedad de demencia. Señalaron que la exposición a la contaminación del aire es un factor que se puede abordar a través de la regulación y comportamientos personales. Estos hallazgos respaldan la propuesta de fortalecer las regulaciones sobre partículas finas para proteger la salud pública.
“Dada la gran cantidad de casos de demencia, la identificación de factores de riesgo modificables accionables para reducir la carga de la enfermedad tendría un tremendo impacto personal y social”, comentó Weisskopf. “La exposición a PM2.5 y otros contaminantes del aire es modificable hasta cierto punto por comportamientos personales. —pero, lo que es más importante, a través de la regulación”[.]