En un editorial complementario, el doctor Andrew M. Freeman del Hospital National Jewish Health de Denver asevera que «es hora de que los expertos en enfermedades cardiovasculares se armen con la herramienta más rentables y eficaces de que disponen: la medicina basada en la nutrición y el estilo de vida«.
En el estudio «Prevalence and Prognostic Significance of Malnutrition in Patients With Acute Coronary Syndrome» [1] (Prevalencia y significado pronóstico de la desnutrición en pacientes con síndrome coronario agudo) publicado en el Journal of the American College of Cardiology se informa del análisis de información de más de 5 mil pacientes con síndromes coronarios agudos (ACS, por las siglas en inglés de acute coronary syndromes), con lo que se determinó al menos mediante una prueba de monitoreo nutricional que el 71.8 % padecía malnutrición, y que el empeoramiento de este estado estaba asociado con una mayor mortalidad y eventos cardiovasculares adversos importantes (MACE, major adverse cardiovascular events), como otro ataque al corazón o un derrame cerebral. La malnutrición es una condición causada por una dieta inadecuada o insuficiente, o por un defecto en el metabolismo de los alimentos.
«El análisis del estado de malnutrición puede ser una forma sencilla de determinar qué pacientes con síndromes coronarios agudos presentan un alto riesgo de sufrir resultados adversos con la ventaja de ser un cálculo muy simple, ya que muchas de las variables se obtienen mediante una prueba rutinaria en la sala de urgencias«, explicó Sergio Raposeiras-Roubín, médico, doctorado, cardiólogo clínico en el Hospital Universitario Álvaro Cunqueiro e investigador en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de España. «La malnutrición también es un factor de riesgo potencialmente modificable en estos pacientes, dado que los clínicos podrían iniciar las intervenciones nutricionales durante la hospitalización, y estas se podrían continuar después del alta en coordinación con centros y programas de rehabilitación«.
En este estudio retrospectivo, los investigadores usaron los datos del registro del síndrome coronario agudo del Hospital Universitario de Vigo para identificar a 6,023 pacientes con afecciones médicas que afectan al flujo coronario o síndrome de síndrome coronario agudo (ACS, Acute Coronary Syndrome) admitidos entre enero del 2010 y septiembre del 2017.
El síndrome coronario agudo «ACS» es un término genérico que engloba las afecciones médicas que afectan al flujo coronario, incluidos:
- Ataques al corazón –tanto el infarto agudo del miocardio sin elevación del segmento ST (NSTEMI)
- Infarto agudo del miocardio con elevación del segmento ST (STEMI)– y la angina inestable o el dolor torácico.
Se excluyó a los pacientes cuyos informes de admisión o seguimiento se encontraban incompletos, así como a aquellos diagnosticados con leucemia o linfoma. En el estudio de cohorte definitivo se incluyó a 5,062 pacientes, de los cuales el 74.5 % eran hombres, todos de raza blanca y con una edad mediana de 66.2 años. Entre los pacientes incluidos:
- 10.6 % tenía angina inestable
- 49 %, infarto agudo del miocardio sin elevación del segmento (NSTEMI)
- 40,4 %, Infarto agudo del miocardio con elevación del segmento (STEMI).
De acuerdo con el índice de masa corporal, se clasificó a los pacientes por infrapeso, normopeso, sobrepeso u obesidad. Se evaluó a todos los pacientes para detectar signos de malnutrición mediante 3 calculadoras:
- índice de control nutricional (CONUT, Controlling Nutritional Status score),
- índice de riesgo nutricional (NRI, Nutritional Risk Index),
- índice pronóstico nutricional (PNI, Prognostic Nutritional Index score).
La malnutrición osciló:
- entre el 8.9 % con el índice pronóstico nutricional
- 49.8 % con el índice de control nutricional
- 59.5 % con el índice de riesgo nutricional
El índice pronóstico nutricional no sirve para calcular los porcentajes de malnutrición leve, en este tipo de malnutrición los resultados fueron:
- 38,5 % con el índice de control nutricional
- 20 % con el índice de riesgo nutricional
La incidencia de malnutrición de moderada a severa en los pacientes fue:
- 11.2 % índice de control nutricional
- 39.5 % índice de riesgo nutricional
- 8.9 % índice pronóstico nutricional
Usando cualquier grado de malnutrición, se clasificó al 8.9 % como malnutridos por los 3 índices, mientras que ninguno de estos clasificó como malnutridos al 28.2 % de los pacientes.
Los pacientes con malnutrición, tal y como la mide cualquiera de estos 3 índices, eran mayores y generalmente mujeres, y tenían más probabilidades de padecer:
- fibrilación auricular
- anemia
- fracción de eyección del ventrículo izquierdo reducida
La mayor prevalencia de malnutrición se observó en pacientes con infrapeso o normopeso de acuerdo con su índice de masa corporal. Sin embargo, una significativa parte de pacientes con sobrepeso u obesidad estaba malnutrida.
A lo largo de los 3,6 años de seguimiento:
- 16.4 % de los pacientes murió
- 20.7 % sufrió un evento cardiovascular adverso importante, lo que incluye:
- mortalidad cardiovascular
- otro ataque al corazón
- ictus
Los investigadores observaron que el deterioro de la malnutrición se relacionaba con una mayor probabilidad de percibir bajos ingresos, independientemente del índice de malnutrición utilizado. Aunque el índice de control nutricional y el índice pronóstico nutricional tuvieron un mejor rendimiento que el índice de riesgo nutricional prediciendo la mortalidad y los eventos cardiovasculares adversos importantes, el índice de control nutricional tuvo más éxito que el índice pronóstico nutricional prediciendo ambas posibilidades.
«Muchos cardiólogos clínicos no son conscientes de la prevalencia de la malnutrición, lo que provoca que pase desapercibida y se quede sin tratar«, afirma Raposeiras. «Nuestro estudio demuestra la importancia de verificar el estado nutricional de todos los pacientes admitidos con ACS, independientemente de su índice de masa corporal. Si lo hacemos, es posible que podamos mejorar la evaluación de riesgos en estos pacientes y las intervenciones posteriores para la prevención secundaria«.
Entre las limitaciones del estudio se cuentan su naturaleza retrospectiva unicéntrica y la falta de comparación del valor pronóstico de las herramientas para realizar monitoreos nutricionales con valoraciones nutricionales integrales más complejas, como cuestionarios o bitácoras de alimentación[.]