Para la mayoría de las personas, tomar un paquete de huevos o de carne de pollo del anaquel de un supermercado y llevarlo a sus hogares es algo muy común; sin embargo, pocos saben cuáles son los cuidados que en materia de salud deben tener para, no sólo garantizar sus beneficios nutricionales, sino también cumplir con las normas de peso, tamaño, color, forma y, lo más importante, su inocuidad.
En México, el huevo y la carne de pollo constituyen 2 de los alimentos más abundantes y frecuentes en la dieta de la población, pues en conjunto aportan más del 60% de la proteína animal que consumen las familias mexicanas debido a su alto valor nutritivo, versatilidad y excelente relación calidad-precio. Por ello, la avicultura juega un papel determinante en la economía nacional y el cumplimiento de la normatividad para aquellos que se dedican al cuidado, crianza y producción de estos alimentos se vuelve indispensable.
Al respecto Ramón Ochoa Macías, Director Asociado del segmento de aves de la farmacéutica veterinaria Boehringer Ingelheim Animal Health México, mencionó: “La gripe aviar y la salmonelosis son solo algunas enfermedades de las aves de corral (postura y engorda) que debemos prevenir y combatir eficientemente, ya que al trasmitirse de forma acelerada pueden salirse de control y hacer que los productores se vean obligados a sacrificar a sus animales, causando un alto porcentaje de pérdidas económicas, de empleos, de mercados y cierre de exportaciones”.
Señaló que la mayoría de las veces el consumidor final desconoce qué tan rigurosas son las constantes vigilancias por parte de organismos encargados de verificar que ambos productos de la canasta básica que se exportan, importan y consumen, cumplan con todos los lineamientos de seguridad e inocuidad, provocando a su vez que existan aún muchos mitos en torno a ellos.
De acuerdo con José Baltazar Jasso, Médico Veterinario Zootecnista, existen defectos visibles en proteínas animales como el huevo que, por obvias razones no salen al mercado y por ello la gente ignora, pero que a los productores y expertos en salud aviar les sirve como método de diagnóstico para saber si dentro de la granja se aloja alguna enfermedad. Cabe señalar que México es el principal consumidor de huevo a nivel mundial, con un consumo promedio de 23 kilogramos por persona al año.
“Para conocer si el huevo está sano, hay características que nos ayudan a detectar problemas con las gallinas. Por ejemplo, tener huevos muy pequeños puede indicar signos de influenza; aquellos que tienen la cáscara corrugada, ondulada o de un tamaño extra grande, normalmente se asocian con la enfermedad de Newcastle o Bronquitis Infecciosa; y los que tienen grietas o agujeros pueden manifestar deficiencias de calcio o infecciones micóticas, de ahí la necesidad de que todos los implicados en la cadena de valor estén capacitados y vacunen a las aves en tiempo y forma”, explicó.
Recordó que en 2012 el país sufrió una crisis sanitaria provocada por el virus de Influenza Aviar H7N3 de alta patogenicidad que afectó a numerosas granjas del occidente de México, principalmente Jalisco, y obligó a sacrificar a más de 22 millones de gallinas de postura provocando desabasto de huevo en territorio nacional, especulación, aumentos de precio del producto y pérdidas totales por hasta 9,500 millones de pesos.
Si bien la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) confirmó que el AH7N3 no se transmitía por comer carne o huevo, siempre y cuando estos fueran cocinados apropiadamente, no obstante existía riesgo de contagio por el contacto con aves y superficies contaminadas.
Afortunadamente, gracias al esfuerzo, perseverancia y buenas prácticas de la industria, en la que participaron autoridades de gobierno, productores y farmacéuticas veterinarias como Boehringer Ingelheim Animal Health (BIAH), México superó la crisis y actualmente está posicionado como el quinto productor global en carne de pollo y el cuarto en huevo para plato; siendo para este último, Jalisco el mayor proveedor con más del 50% de esta proteína animal.
Ramón Ochoa comentó que en México la planta de producción de biológicos veterinarios de BIAH es una de las más eficientes y modernas de América Latina; cuenta con tecnología de punta y altos estándares de manufactura y calidad para satisfacer las necesidades del mercado. “Por un lado, nuestra misión es investigar y desarrollar vacunas y medicamentos que vayan un paso adelante en la prevención de enfermedades, garantizando así el suministro de alimentos inocuos. Del otro, es brindar a los productores soluciones integrales, asesorías y servicios de tecnología de vacunación para asegurar la aplicación de biológicos de una manera adecuada”.
Por su parte Gerald Behrens, Director de la División de Salud Animal de Boehringer Ingelheim en México, aseveró: “Estamos convencidos de que es crucial que todos los actores nos mantengamos informados y compartamos nuestros conocimientos, investigaciones, tecnologías y experiencias en la granja y el campo, que puedan ayudar a reducir el impacto de las enfermedades en las aves y así contribuir a la salud y el bienestar humano, ofreciendo productos seguros, asequibles, abundantes, sostenibles y de la más alta calidad”, concluyó[.]