La enfermedad crónica renal es la quinta causa de muerte en México, al ocasionar 12 mil fallecimientos al año, lo que hace necesaria una estrategia integral de prevención que entienda los determinantes sociales mediante una respuesta multisectorial, señaló el Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Al presidir el Foro de Transformación del Sistema Nacional de Donación y Trasplante de Órganos en México, realizado por la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, que preside la diputada Miroslava Sánchez Galván, el Secretario de Salud destacó que la enfermedad renal crónica es progresiva, silenciosa e irreversible, por lo que 1 de cada 2 pacientes requerirá de un trasplante.El titular de Salud subrayó que este padecimiento ha sido “desastroso“, sobre todo, entre la población campesina que se dedica a la siembra de la caña, como lo ha reconocido la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que la considera una emergencia de salud pública. La causa que provoca este padecimiento aún es desconocida, pero tiene un claro componente ocupacional y ambiental, informó.
Aseguró que para hacer frente a esta problemática es indispensable contar con un financiamiento público que apoye, fortalezca e impulse el sistema nacional de donación, así como acciones que incrementen la tasa de donación y trasplantes.
Esto, añadió, solo será posible a través de la reducción de las inequidades en el acceso y garantizando el derecho de todas las personas a la protección de la salud, sin olvidar las acciones que permitan prevenir actos de corrupción en materia de donación y trasplantes.
Reiteró que en la Cuarta Transformación se impulsará el Sistema Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos y la atención de la enfermedad renal crónica como un acto de justicia histórica y de reivindicación social.
Alcocer Varela detalló que la enfermedad se desarrolla en los campos de América Central, donde las condiciones laborales son extenuantes y precarias. El calor y la tensión de la jornada, provoca que los trabajadores sufran frecuencias cardíacas que llegan a superar en un 50% la máxima calculada, según edad y sexo.
Recordó que a inicios de la década de 1990, se reportaron los primeros casos de enfermedad renal crónica no asociados con los factores de riesgo tradicionales, lo que puso al descubierto una epidemia silenciosa que afecta a trabajadores agrícolas, de 18 a 35 años, desde Panamá hasta el sur de México.
Agregó que, al ser una enfermedad de rápida progresión, los síntomas se diagnostican demasiado tarde, desbordando los servicios de salud y devastando vidas, así como a familias de trabajadores en los campos de Centroamérica.
Es así, como esta enfermedad configura tragedias personales y sociales por su pasar en los campos de nuestra tierra y en sus etapas finales se lleva la vida de miles de trabajadores ocupados en el corte de la caña de azúcar[.]