Utilizar cubrebocas al salir de casa es una responsabilidad social que debemos cumplir todos, y junto con la higiene de manos y la sana distancia debe convertirse en un hábito que nos acompañará los próximos meses, porque aún estamos a media pandemia, afirmaron expertos médicos reunidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la sesión virtual “COVID-19 en México. Después de 6 meses ¿a dónde debemos ir?”.
En el evento Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), indicó que “el cubrebocas es un utensilio que deberíamos utilizar todos los mexicanos siempre que tengamos una actividad social”.
Su uso no causa efectos secundarios, toxicidad ni daño en quien lo usa, y tiene la potencial virtud de evitar transmitir la infección y que los no infectados se expongan a un inóculo mayor en caso de viajar en el transporte público, ir al supermercado o subir a un elevador, dijo.
Al respecto, Lourdes García García, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló que se creía que la COVID-19 se transmitía de manera similar a la influenza: por gotas de saliva mayores a 5 micras, las cuales a un metro de distancia caen al suelo. “Pero las partículas del coronavirus son más pequeñas y se quedan flotando en el aire, por eso es importante que los cubrebocas sean de poro pequeño para detenerla partículas”.
Alejandro Macías, profesor en la Universidad de Guanajuato y exsubdirector de Epidemiología Hospitalaria en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, consideró que ha sido floja la recomendación del uso del cubrebocas, que en 6 meses ha validado su utilidad en todo el mundo y no causa ningún daño.
Rogelio Pérez Padilla, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), recordó que contra este virus no tenemos inmunidad. “Toma a la población sin defensas y de ahí su rápida diseminación; por eso todas las precauciones que tengamos son importantes”.
Lo que viene
Al analizar el futuro de la pandemia, Ponce de León destacó que necesitamos un nuevo orden mundial, una mejor relación con el medio ambiente, una mejor organización económica y social y una adecuada apreciación de la educación vía virtual, que será parte de nuestra vida cotidiana a partir de la pandemia. “La COVID-19 no va a desaparecer en los próximos años”, subrayó.
Macías sugirió que para enfrentar el futuro con la pandemia se requiere ver las cosas con ecuanimidad, sin fatalismos ni complacencias. “Tenemos que mantener la calma y ser responsables ante esta enfermedad”.
Pérez Padilla recordó que la humanidad ha pasado por muchas pandemias, y “ésta se va a superar, pero debemos hacer lo que nos toca: mantener el aislamiento, usar cubrebocas, tener higiene y mejora del sistema de salud”.
Los expertos vieron con optimismo la próxima llegada de la vacuna, pero advirtieron que pasarán meses entre su arribo y la aplicación intensiva que se requiere.
Finalmente, García recomendó una estrecha colaboración entre los sectores salud, económico, de educación y participación comunitaria, así como una adecuada relación con la vida salvaje, pues el contacto impropio con animales silvestres acercó el virus a los humanos[.]