Para intensificar prevención del primer embarazo en adolescentes se propone fortalecer estrategias que aseguren disponibilidad y financiamiento de métodos anticonceptivos altamente efectivos
La diputada Carmina Yadira Regalado Mardueño planteó exhortar a la Secretaría de Salud a fortalecer las estrategias que aseguren la disponibilidad y financiamiento de métodos anticonceptivos altamente efectivos, principalmente aquellos de mínima invasividad y fácil adherencia para la usuaria, con el objetivo de intensificar la prevención del primer embarazo en adolescentes.
Además, propone que las secretarías de salud de las entidades federativas también establezcan acciones de prevención, por segmento de edad, con especial enfoque en las mujeres adolescentes y jóvenes, dado que la edad promedio del primer embarazo es alrededor de los 20 años.En un punto de acuerdo, que analiza la Comisión de Salud, señala que datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014 indican que en México 43 de cada 100 que son madres lo fueron durante la adolescencia. Cada año hay aproximadamente 220 mil embarazos en mujeres entre 15 y 19 años, de los cuales casi la mitad son no esperados o no planeados.
Expuso que la disponibilidad de métodos anticonceptivos y su adopción después del primer embarazo, ha sido uno de los principales aciertos para lograr avances en materia poblacional, lo que ha contribuido a reducir la fecundidad global, de 3.4 hijas o hijos por mujer en 1990 a 2.2 en 2015.
Además, la implementación del Programa de Salud Reproductiva y la Ley General de Población, en los últimos 40 años, ha contribuido a este resultado. Sin embargo, “disminuir la tasa de mujeres que experimentan la maternidad a una edad temprana y de forma no planeada, se mantiene como uno de los principales retos”.
Regalado Mardueño destacó que el embarazo en edades tempranas es un elemento de exclusión social, ya que contribuye al deterioro de las condiciones de vida en las jóvenes y sus hijos, mientras favorece la transmisión generacional de la pobreza y acentúa los procesos de desigualdad, además de disminuir las oportunidades de progreso personal, social y profesional de las madres.
Mencionó que la mitad de las mujeres que tengan su primer hijo antes de los 20 años procrearán 4 hijos o más durante su vida. Únicamente 22% de las mujeres que tienen un hijo en la adolescencia alcanza la educación media superior, mientras la probabilidad de hacerlo se incrementa a 50% cuando el primer hijo llega en un punto posterior a los 19 años.
La tasa de reinserción al mercado laboral, después de tener un hijo en la adolescencia, es de 46 por cada 100 mujeres. En cambio, para las que tuvieron su primer hijo después de los 19 años, es de 55 por cada 100.
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