¿Piernas cansadas?: podría ser insuficiencia venosa crónica

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¿Llegas al final del día sintiendo que tus piernas pesan una tonelada? ¿Ese hormigueo nocturno se ha vuelto un «compañero» frecuente de tu descanso? Si piensas que el dolor, la hinchazón o los calambres son simplemente el precio de una jornada laboral intensa, es momento de escucharlas diferente.

Lo que muchas veces calificamos como «cansancio normal» podría ser, en realidad, el inicio de la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC), una condición que afecta al retorno de la sangre desde las extremidades hacia el corazón y que, en México, vive una realidad silenciosa pero masiva.


Una realidad que afecta a 8 de cada 10 personas

De acuerdo con el estudio internacional Vein Consult Program, el impacto de esta afección es sorprendente: el 84% de las personas evaluadas presentaba algún grado de enfermedad venosa. En términos simples, 8 de cada 10 personas experimentarán estos síntomas a lo largo de su vida.

A pesar de ser tan común, existe una brecha de diagnóstico importante. Muchas mujeres postergan la consulta médica, permitiendo que la condición avance hacia complicaciones más graves como úlceras, várices profundas o incluso trombosis.


El impacto invisible: emociones y descanso

La Insuficiencia Venosa Crónica no solo se manifiesta en la piel o los músculos; su huella llega al bienestar emocional. Quienes la padecen suelen experimentar:

Frustración y resignación: Al sentir que no pueden seguir el ritmo del día a día.

Alteraciones del sueño: Los calambres y el hormigueo impiden un descanso reparador.

Estigma estético: La vergüenza por las marcas visibles o el miedo a usar tratamientos «poco estéticos».

«Sabemos que muchas personas dudan en usar medias de compresión debido al estigma. Nuestro objetivo es que quienes viven con IVC sepan que pueden mantener una vida activa y plena», señala Priscila Cantú, Clinical Lead Health & Medical en México.


El poder de elegir tu bienestar: La terapia compresiva


La buena noticia es que la IVC no tiene por qué detener tu ritmo de vida. La terapia compresiva se ha consolidado como la solución médica más efectiva y adaptable. Al utilizar medias de compresión de grado médico, se facilita mecánicamente el retorno venoso, reduciendo la inflamación y previniendo el avance de la enfermedad.


¿Cuándo es momento de actuar?

Deberías considerar el uso de soporte vascular si te identificas con estos puntos:

  • Sientes pesadez o dolor tras pasar mucho tiempo sentada o de pie.
  • Notas hinchazón en los tobillos al final de la tarde.
  • Tienes antecedentes familiares de várices o problemas de circulación.
  • Sufres calambres nocturnos que interrumpen tu sueño.

¿Sientes tus piernas cansadas al final del día? No lo dejes pasar. Consulta con un especialista hoy mismo y descubre cómo la terapia de compresión puede devolverte la energía que necesitas para que nada te detenga.