Quizá al conocer la amplia gama de anticonceptivos que existen y los que actualmente se están estudiando, te preguntarás ¿cuál es el mejor para mi? La verdad es que no hay un anticonceptivo que sea el adecuado para todo mundo. De hecho, todavía no existe el anticonceptivo ideal ni tampoco uno que sea cien por ciento seguro. La pregunta la tendrías que contestar junto con tu pareja, una vez que hayan obtenido la información necesaria. El método ideal para ti dependerá de tu organismo, tus creencias, necesidades, gustos y preferencias.
Por ejemplo, los métodos hormonales son muy seguros, sin embargo, no son indicados para todas las mujeres. Si tienes problemas de circulación, de hígado, fumas mucho o tienes un sobrepeso importante, no sería conveniente que los usaras; o quizá no tienes contraindicaciones, pero simplemente te provocan un fuerte malestar. Por otro lado, si sólo tienes relaciones sexuales de vez en cuando, no tiene caso que consumas hormonas por largos meses para tener dos o tres relaciones.
Lo mismo sucedería con el dispositivo intrauterino, que es para mujeres con una vida sexual frecuente, así como para las que tienen sólo una pareja, pues los hilos que quedan colgando hacia la vagina (para que el médico pueda revisar que el dispositivo sigue en su lugar, así como para que lo pueda retirar) pueden facilitar que, en caso de infección, ésta suba hacia el útero y las trompas y se complique. Por otro lado, algunas mujeres se sienten muy cómodas y seguras con él, pero a otras les aumenta el sangrado y dolor durante la menstruación o hay quienes incluso llegan a expulsarlo.
Los definitivos son muy seguros, pero son para quienes no quieren tener más hijos. Y los naturales, implican una observación y contacto constante del cuerpo, además de periodos de abstinencia, con lo que algunas mujeres pueden no sentirse cómodas; no implican un gasto ni producen cambios en tu ciclo, pero su efectividad no es tan alta.
Y si lo que quieres es algo externo y que además te proteja de infecciones, entonces la opción puede ser el condón, que puedes usar tan seguido como quieras, independientemente de si tienes relaciones una vez al mes o todos los días.
La elección es cuestión de las necesidades y características de cada persona y pareja. Pero en todos los casos, para elegir, es indispensable que tengas toda la información.