El cáncer, enfermedad que durante mucho tiempo se consideró sinónimo de muerte, hoy en día, gracias la terapéutica de nueva generación que parte de investigaciones y descubrimientos científicos y el desarrollo tecnológico, no sólo permite afirmar que es como muchos padecimientos crónicos a los que se puede sobrevivir con calidad debido a un buen control, sino que ahora el cáncer es curable.
Para alcanzar esto, con todo, no basta que se haya alcanzado el nivel de diseñar medicamentos a escala molecular, sino que se lleven a cabo acciones específicas para lograr una detección temprana del cáncer.
Al menos ese es el perfil en dos tipos de cánceres altamente letales: el de mama y el de próstata, “que ahora son curables”, refiere el Dr. Gerardo Rodríguez Abraján, oncólogo y radioterapeuta del Centro Médico del ISSSTE en Monterrey, Nuevo León.
Entrevistado en el marco del Congreso Nacional de Oncología celebrado este fin de semana en Cancún, sostuvo que actualmente es posible curar un tipo de cáncer de mama conocido como el más agresivo y que provocaba el mayor número de muertes, denominado HER-2, por cierto tipo de proteína que caracteriza a sus células.
La industria farmacéutica ha desarrollado medicamentos biológicos en base a moléculas que dentro del organismo van directo al blanco para el que fueron diseñadas, que por ejemplo, en el caso del HER-2 inhiben ciertas señales que emite esa proteína y que impide que los vasos sanguíneos que alimetan a la célula lo sigan haciendo, lo que ayuda a que el tumor cancerígeno no siga creciendo e incluso, disminuya.
A diferencia de las quimioterapias, que ocupa sustancias muy agresivas que al combatir a las células cancerígenas matan también a tejido sano, estos medicamentos biológicos evitan una toxicidad semejante e incluso no provocan secuelas adversas como caída del cabello, náuseas, dolor o pérdida de apetito.
“Estamos acudiendo a una nueva era en el tratamiento del cáncer con medicamentos de los que debemos tener presentes que se pueden encontrar en el cuadro básico de las instituciones de salud pública como el IMSS, ISSSTE o Seguro Popular”, dijo por su parte Lars Nielsen, director médico del área oncológica de Roche, laboratorio líder a nivel mundial en desarrollo de medicamentos contra el cáncer.
“Llevamos más de 50 años en ese terreno, y aunque tenemos diversos protocolos de investigación para poner a disposición de los pacientes nuevas terapias, por ahora contamos en el mercado con cinco moléculas que están cambiando la historia en el combate a los cánceres de mama, gástrico, renal, pulmón y tumores no sólidos como el linfoma no Hodgkin”.
Sin embargo, en países como México el problema más grave para combatir el cáncer sigue siendo la detección tardía de estos tumores, pues de cuatro etapas en las que se cataloga la gravedad de la enfermedad, los pacientes aquí se les diagnostica en el 60% de los casos en etapas tres y cuatro, consideradas letales, de las cuales la última es en fase metastásica, es decir, cuando el cáncer ya se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
En cambio, en Europa las estadísticas establecen que estas etapas de cáncer, la tres y cuatro, ocupa el 4% de la población diagnosticada en esa fase, lo que establece una diferencia de sobrevida y curación enorme.
“Hoy en día es paradójico que nos resulte preferible detectar a una paciente con cáncer de mama tipo HER-2, debido a que existe un marcador que nos permite identificar ese tipo de cáncer y aplicar la medicina específica para estas pacientes y salvar su vida”, indicó por su parte la Dra. Ana Lluch, oncóloga e investigadora del Hospital Universitario de Valencia, España.
Considerada una eminencia en la materia, le pedimos que platicara a los lectores de Plenilunia cuál era su experiencia en cáncer de mama y bajo ese precedente, su punto de vista sobre las modernas terapias para combatir al cáncer.
“De 30 años como oncóloga llevo 30 estudiando el cáncer de mama, con experiencias y testimonios muy dolorosos, pero le puedo decir con toda sinceridad y entusiasmo que todo ha empezado a cambiar en los últimos cinco años, porque con las nuevas tecnologías y avances médicos ahora me toca ver que es posible curar el cáncer, pero para ello se requiere detectarlo a tiempo”.
En el caso del cáncer de mama, dijo, es indispensable que las mujeres se realicen periódicamente estudios de mastografía cada año a partir de los 45 años, “un procedimiento muy sencillo y que es muy efectivo para evitar la muerte por cáncer”.